Al hilo del documento que nos ha pasado Juan Mari sobre la Navidad y del hilo de Alfonso sobre nuestro Alcalde, quería mostrar mi sonrojo y enfado, por la manera en que estos señores prostituyen la Navidad, con el único fin de ganar unos cuantos votos de los que no creen, de los progres, de cuantos desprecian los valores y las tradiciones.
Frente al "porro" y palabras similares que alumbraban las noches de la capital el año pasado, este año se resalta el nacimiento de Jesús con: "risa", "reposo", "calma". Ni un solo signo religioso.
Porque el Cristianismo, y todo lo que huele a Dios, les apesta a estos políticos sin valores, esclavos del voto, que no dudan en traicionar, ahora y siempre hasta sus más intímas creencias.
Proscriben el espirítu rebelde de aquellos individuos que no se socializan en la cultura del bienestar, de la ignorancia y de la falta de valores.
No nos queda sino volver a nuestros origenes, a celebrar a Cristo como lo hacían los primeros Cristianos, en la intimidad de su hogar, con sus familias y amigos.
martes, 27 de noviembre de 2007
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2 comentarios:
Ayer leí en un periódico y ví en la TV dos comentarios que me hicieron pensar. Blair comentó en una reunión que el mundo inglés (me imaginó que matizó algo más) no comprendía ni aceptaba que un político hablara de sentimientos y convicciones religiosas. Por otra parte, en no sé qué programa preguntaron una señora sobre su opción entre papá Noel y Jesús. Contestó que prefería la presencia de Jesús en estas fiestas porque papa Noel era extranjero y Jesús era español. Las cosas están así. Tenemos que convencernos de que nuestra fe es vida para nosotros y que debemos presentarla como alternativa.No preocupa tanto cómo presenta el Ayuntamiento la Naviad sino cómo la vivimos los cientos de miles cristianos madrileños. El silencio y falsificación del tema por parte de éstos constituye la auténtica calamidad. Si todos nuestros hijos terminan comprendiendo el sentido auténtico de la conmemoración y la sienten en su corazón habremos hecho más por la presencia social de la Navidad que los grandes discursos o las grandes quejas.
Dicho esto, tengo ganas de salir a la calle y ver qué ha puesto este progre alcalde nuestro en nuestras calles.
Pues qué decir amigo Camiroaga, las cosas están como están. Tenemos un alcalde que se declara católico, yo le he visto en jesuitas alguna vez. Lo cual no quita que no sea un político a la caza de votos. De acuerdo contigo que su responsabilidad política le debería llevar a ser coherente, y si se celebra una fiesta cristiana, nada menos que el nacimiento de Jesús, las conmemoraciones deberían ir en ese sentido. O no celebrar nada, si se decide ser más laicista que el más laicista del mundo. Otra cosa es confundir a los ciudadanos, lo cual es reprobable en un político. A mi eso es lo que me molesta.
De acuerdo con Juan Mari en que nuestra fe es algo propio, individual, que alcanza a nosotros, a nuestra familia y a nuestra comunidad. Debemos ser nosotros los que demos testimonio, y por mi parte no estoy seguro de estar haciéndolo correctamente (o por ser honesto, sé que no lo estoy haciendo bien).
Pero lo intento.
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