martes, 30 de diciembre de 2008
Mea Culpa
lunes, 29 de diciembre de 2008
2009
viernes, 26 de diciembre de 2008
Para iniciar el Año Nuevo (por Xabier Azkoitia)
Y Dios creo a los runners
El Todopoderoso había construido ya el universo y estaba contemplando el espectáculo cuando uno de los numerosos proyectistas que habían colaborado en el designio divino se acercó a él con un cierto desconcierto.
¿Deseas algo?, le preguntó el Creador con aspecto risueño.
Sí, Señor, antes de que des tu bendición a esta obra tuya, quisiera mostrarte un pequeño proyecto en el que hemos trabajado un grupo de jóvenes, y sacó de su carpeta un folio con el dibujo de una especie de pequeña esfera, situada bajo la protección de una estrella que la calentaba.
Déjame ver, dijo el Todopoderoso, como si no estuviera enterado del proyecto de sus ángeles más inquietos. Parecía un planeta más, pero más pequeño y menos interesante. Solo que, según sus arquitectos, en él habría vida.
Sonrió Dios mientras observaba la elaboración de una de sus ideas preferidas: un espacio con seres naciendo, creciendo, fructificando, multiplicándose y muriendo. Miles de espíritus habían elaborado el proyecto y dibujado los distintos seres en sus detalles más nímios: bacterias, virus, camellos y dromedarios, cuyas diferencias no aparecían claras en los bocetos, dinosaurios, elefantes, con una enorme nariz a la que llamaban trompa, las ballenas, acogidas con enorme simpatía por los ángeles, las mariposas, los perros a quien un querubín solitario llamó con entusiasmo Boby. La asamblea de espíritus participaba con atención, soltando silbidos o aplausos, mientras miraban de reojo las reacciones de Dios, de aceptación o rechazo.
Cuando parecía que el concurso de ideas tocaba a su fin, se presentó un espíritu arquitecto ligeramente desaliñado con un folio en que presentaba dos animales extraños y, aparentemente, inacabados. El macho y la hembra tenían cuatro extremidades, pero, aparentemente, solo se movían con dos.
El Creador se sobresaltó al recordar su idea primitiva y sus dudas sobre su oportunidad. No resulta muy atractivo, señaló, ¿qué utilidad tienen?, preguntó, como si el asunto le resultase nuevo.
Señor, a pesar de la apariencia de este simio especial, me he atrevido a idearlos a tu imagen y semejanza. Serán los únicos que tengan razón, el único capaz de ser consciente de tu existencia.
Dios sonrió interiormente. Ningún ser vivo, sea de la clase que sea, será indiferente a mi existencia, pensó. Tendré que sugerir a su tiempo a Francisco de Asís que lo señale con claridad, porque estos seres (los humanos) serán, a veces, tan majaderos que se creerán autónomos. Esto lo masculló con una cierta ternura, al recordar todo su proyecto para lo que, todavía, solo era un diseño en un papel. Y sin que se notase su especial interés por la nueva propuesta la aprobó con la misma fórmula con que había aceptado las pulgas o las langostas.
En ese momento, cuando parecía que la audiencia tocaba a su fin, se acercó titubeando un espíritu espigado, ligeramente arrogante, con un diseñó que inmediatamente llamó la atención de la concurrencia: se trataba de unos seres semianoréxicos, con dos piernas enormes y un cuerpo desgarbado. Son los runners, Señor, comentó Loyola, el complemento y la alternativa a los seres humanos.
A Dios le cogió desprevenido. Era consciente de todos los problemas que iba a acarrear la existencia de los humanos, pero no ubicaba a los runners. ¿Cuál es su razón de ser?, preguntó. Los hombres que acabáis de aprobar pueden ser intelectuales… comenzó a decir el espíritu intrépido. ¡Qué horror!, soltó el Señor, ¡cuántos problemas! Exactamente, Señor. Por eso sugiero estos nuevos vivientes que dedicarán su tiempo a correr, ofreciendo una alternativa sana a los problemas que inevitablemente crearán y experimentarán los humanos.
Pero, ¿no aumentará su soberbia a medida que consigan superar las dificultades y acortar sus tiempos? Oh, no Señor, sonrió pícaramente. Ese peligro es real, pero el remedio inmediato. Serán muy conscientes de sus debilidades, de las limitaciones de su físico, de las lesiones. No habrá fisioterapeutas suficientes para mantener indefinidamente su tentación de autosuficiencia. Tendré que crear algunos curas para animarles y conducir sus sillas de rueda, se prometió el Todopoderoso, mientras el espíritu se prometía que su idea estaba siendo aceptada.
Dios era consciente de que cada espíritu se había encariñado con las criaturas que creía haber diseñado, pero sintió especial simpatía por este ágil ángel mensajero, acostumbrado a cumplir a rajatabla los deseos de su Dios por medio de innumerables recorridos entre los diversos cielos, y quiso animarle. ¿No será una fuente de complicaciones tu invento? ¿No hará falta dotar a su existencia de algún sentido? O piensas simplemente en una nueva especie que no aporte nada más que el sentido estético de verles corretear por parques y jardines?
Señor, todas tus especies tienen su razón de existir. Por simples que parezcan han de tener su lugar en el Universo. Cierto es que los runners pueden convertirse en floreros, en una subvariedad sin más de esa especie que te presentó mi hermano, el desaliñado. Pero piensa Señor, que les podemos dar una utilidad. Podemos hacer que correr signifique algo para cada uno de ellos, y que con su ejemplo puedan mover el mundo. Déjame que te explique:
No creemos unos runners autómatas, sólo preocupados por ellos mismos. Dotémosles de los mismos valores que les damos a esos simios con razón, pero elevados a la enésima potencia. Veamos cómo son capaces de utilizar sus talentos en libertad. Sin duda, correr exige esfuerzo, voluntad, exigencia. Démosles esos valores, incrementados. Si son capaces de utilizarlos en beneficio de quienes les rodean habremos contribuido a compensar las ideas que algunos pseudointelectuales más apáticos introduzcan en la sociedad. En el peor de los casos, si alguno es tan egoísta de quedárselos para sí mismo, será un engendro infeliz, pero no más que un egoísta apático.
Dotémosles de algo de inteligencia, como para que puedan discernir dónde están sus límites. Pero que esa inteligencia sea muy flexible, de manera que les permita explorar en los territorios fronterizos, lo que les hará felices. Si lo hacen correctamente, podrán demostrar al mundo que gracias al esfuerzo y solo gracias al esfuerzo puede moverse, progresar.
Hagamos que no encuentren en sus correrías una razón para estar solos, para solo mejorar individualmente. Potenciemos en ellos el valor de la solidaridad, y el de la amistad. Sin duda se encontrarán ante momentos duros, torcidos por lesiones o enfermedades, propias o de sus seres queridos. Si han aplicado correctamente los valores de la autoexigencia y de la no complacencia, seguro que serán más generosos con sus congéneres runners –y aún si me lo permites, con aquellos no tocados con ese privilegio-.
Proporcionémosles la conciencia del ejemplo. Sin duda, estos runners vivirán en sociedad, y pueden ser un buen instrumento para dar testimonio de tu obra Señor. Tendrán una familia, unos hijos a los que inculcarles además del Amor por Ti, la necesidad de ser buenos seguidores de tu hijo. Pero vivirán en sociedades en las que el no premiar el esfuerzo provocará tentaciones de vagancia y debilitamiento moral. Por eso será necesario que vean en sus padres el esfuerzo no solo en lo importante, sino también en lo nimio, ya que muchas veces es más fácil encontrar el ejemplo en las actitudes, no sólo en los actos.
Pero Señor, además de todo lo anterior, creo que debemos pedirles un sentido adicional a su existencia. Aquí es donde me encuentro con alguna dificultad en mi planteamiento, pero sé que Tú serás capaz de completar mi propuesta. Debemos dotar a los runners de algún objetivo, para evitar que corran en círculos, como gallinas descabezadas. Necesitarán de entrenadores, en el plano físico para evitar lesiones y aplacar sus ansias de tomar atajos para llegar antes a la meta. En el plano espiritual no estaría de más, Señor, que les presentásemos también consejeros, para que pudiesen reconducir esa energía extra que les va a proporcionar el correr tanto a ser partícipes en tu obra. ¡Hagamos de ellos peregrinos del mundo, apóstoles del mensaje de tu hijo! Estarán en el camino Señor, pero éste debe conducirles a alguna parte. Y esa parte de la propuesta no soy capaz de rematarla.
Por último, Señor, si me permites una pequeña licencia, presentémosles unas parejas excepcionales. Parece que hemos consensuado que el día tendrá 24 horas para todas las especies, y que no podemos hacer excepciones, ni siquiera en el caso de los runners. Para poder estar a punto necesitarán entonces robar algunas horas a esos días tan inflexibles en cuanto a su duración. Ellas servirán de apoyo a todos sus esfuerzos y podemos utilizarlas para que, junto a los consejeros y entrenadores, les llamen la atención cuando se les vaya la cabeza y parezca que lo convierten en una obsesión. Además les acompañarán a aquellas carreras en donde de verdad pongan a prueba su capacidad.
Loyola era honrado y no podía engañar, pero, sin sospecharlo, quedó atrapado por las razones que en el futuro esgrimirían los actores de su propio invento. Señor, el ejercicio mejorará tanto sus capacidades que llegarán a todo con nuevos bríos y mejor espíritu. ¿Se acordarán más de su Creador?, siguió insistiendo Dios. Al menos tendrán motivo, pensó inquieto el proto-runner. En efecto, mientras corren, tienen una inmejorable ocasión de pensar en lo que son, en su origen, en su larga peregrinación, en la meta final, en la suerte que tienen de haber pasado de un boceto a la vida eterna. Sí Señor, contestó con esperanza, si son felices y capaces de amar, te darán gracias porque tú eres la fuente de sus capacidades y de su alegría.
Dios quedó complacido ante la verborrea de Ignacio. Y creó a los runners. Les dio aquellos valores solicitados por el de Loyola, y les confió además a su ángel favorito para que les acompañase en su camino, para que con su paciencia cuasi infinita les recordase la razón de su existencia, y no permitiese que olvidasen nunca hacia dónde tenían que encaminar sus pasos.
Sonrió complacido. Tuvo ante sí a todos los chiflados que su creación iba a generar y pensó que era bueno. Pasaron ante sí a aquellos runners que corrían por montes, valles, parques y ciudades: camis, inmas, alfonsos, javieres, luises, ignacios, adelas, matéses, joanes…pintorescamente ataviados, extrañamente competitivos, filósofos en los primeros kilómetros de sus carreras ligeramente congestionados en los últimos, solidarios en sus caídas…y pensó que era bueno. Fue consciente de que quedaban cabos sueltos para que fuesen del todo como él quería, pero, para abordar ese tema, además de a su consejero favorito pensó en darles voluntad y buen espíritu.
Finalmente, estampó su firma en el proyecto “runners”.
Por Juan Mari y Peregrino, al "alimón"
RESUMEN DE LAS IDEAS QUE DI EN LA CEE
“Las víctimas de la crisis: ¿Qué implicaciones económicas, sociales y éticas se muestran en todo este proceso?”
Cuatro consideraciones previas:
1.- En la actualidad vemos como los poderes públicos se han lanzado al denominado rescate del sistema financiero, basado fundamentalmente en imprimir dinero. Este dinero se inyecta en el sistema a través de las entidades financieras. Sin querer descargar la responsabilidad que todos y cada uno de los agentes del mercado tienen en la actual crisis económica, parece que son éstas, junto a la falta de supervisión y ineficaz regulación del mercado por parte de los poderes públicos, las que tienen una mayor responsabilidad en el caos que estamos viviendo.
Ha fallado la regulación establecida por los distintos gobiernos. Las leyes han sido ineficaces para monitorizar las relaciones, los acuerdos, los flujos de dinero. Han ido siempre por detrás de la realidad económica, han sido dictadas por personas analfabetas en la materia. El sistema ha fallado.
Las entidades financieras han sido verdaderos protagonistas en esta crisis. La principal función de las entidades financieras es la de prestar el dinero que reciben a través de los depósitos a otras personas o compañías para puedan desarrollarse. Pero han inventado un mercado artificial, que crecía constantemente de manera artificial. Su voracidad en la consecución de beneficios a corto plazo ha provocado la ficción de que el dinero creaba dinero, y han conseguido apalancar (hacer crecer el endeudamiento) tanto de la sociedad como de las mismas entidades financieras, hasta cotas inasumibles por el sistema.
La sociedad civil, tanto particulares como pymes, son fundamentalmente víctimas de la mala praxis tanto de poderes públicos como de entidades financieras. Aunque también debe considerárseles corresponsables de la crisis. La falta de valores, la falta de una ética cristiana, basada en la solidaridad, la austeridad, ha dejado paso a que la aspiración del estado del bienestar nos haya tenido adormecidos en las últimas décadas.
2.- La sociedad civil reclama soluciones a los dos mayores responsables del actual fiasco. Y estos reaccionan con medidas a corto plazo (impresión indiscriminada de dinero que traerá fatales consecuencias en el futuro), que se implementan además a través de esas entidades financieras que siguen anunciando beneficios a pesar de tener grandes agujeros en sus balances. Y ese dinero nuevo no llega además al mercado, a la pyme y al trabajador. Dos claros ejemplos: la inyección de 8.000 millones de euros a los quebrados ayuntamientos, que servirá únicamente para que puedan pagar parte de sus deudas y no para generar el prometido empleo (el empleo no lo olvidemos deben generarlo las empresas y los autónomos, no los poderes públicos). El segundo ejemplo nos lo dan las líneas ICO, destinadas a ayudar a pymes, pero que se instrumentarán a través de esas entidades financieras que niegan ese necesario crédito a las pymes.
3.- Es cierto que hemos vivido un ciclo de bonanza económica, en la que ha crecido el nivel de vida en los países desarrollados. Pero esto no ha servido para que se incrementase en la misma medida en el resto del mundo. Todo lo más, lo que se ha conseguido es que la brecha no se ampliase. En España la clase media, la predominante, ha visto mejorar sus niveles de renta hasta niveles insospechados hace solo unas décadas. Pero se ha visto arrastrada, como en el resto del mundo desarrollado, a un endeudamiento por encima de sus posibilidades de repago. En cuanto la economía, basada fundamentalmente en la construcción y en servicios que no son de primera necesidad (turismo), se ha enfriado, gran parte de esa clase media perderá su puesto de trabajo, sus posibilidades de generar los ingresos necesarios para hacer frente a las obligaciones acumuladas. Y en primer lugar de dichas obligaciones, está la deuda, bien sea hipotecaria o personal, con las entidades financieras. Dicho de otra manera, el español no ha sido capaz de ahorrar en los tiempos de bonanza. Nuestros políticos han incentivado una vida tendente a la superficialidad al consumismo. Las entidades financieras no han favorecido el ahorro tanto como el endeudamiento. En definitiva, no estamos preparados para afrontar una crisis de las proporciones de las que se nos avecina.
4.- Lo que se precisa hoy son soluciones no solo a corto plazo, sino a medio y largo. Y estas medidas nunca serán tomadas por los gobiernos de turno. El actual sistema, -la democracia es el peor de todos los sistemas políticos, con excepción de todos los sistemas políticos restantes, como diría Churchill- ha creado una clase social distinta y distante de la sociedad civil: la clase política. No son los mejor formados, ni los que han demostrado una mejor capacidad de gestión, ni siquiera los que tienen mayor vocación de servicio, los que acceden al poder dentro del sistema de partidos políticos. Y además, se encuentran con la presión de que deben ser elegidos cada cuatro años. Las soluciones que adoptarán serán las necesarias para asegurarse la reelección, ya que esta es la manera en la que funciona el sistema. Y esas medidas, en tanto en cuanto sean necesarias pero impopulares no serán nunca adoptadas. La creación de déficits públicos lo único que hace, si no se acompaña de medidas a medio plazo, es no solo hipotecar el futuro de las siguientes generaciones, sino el nuestro propio.
5.- La crisis actual se ha manifestado en el ámbito económico. Pero esta es solo la punta del iceberg. Nos enfrentamos a una crisis de la cultura occidental, al declive de la forma de vida que se ha desarrollado durante el siglo XX. Como se mencionaba con anterioridad, han desaparecido los valores sobre los que se fundaba (la ética cristiana). Se han relajado las costumbres de manera que hemos adormecido a la sociedad civil, la hemos convertido en indolente, en relativista. Lo importante no es el esfuerzo, sino el poder, el dinero fácil. Dinero crea dinero ha sido la máxima en los últimos tiempos.
Incidencia de la crisis en las pymes:
1.- Descripción de la situación
En Madrid existen más de 500.000 empresas, de los tres millones existentes en España.
Son responsables de más del 95% de los puestos de trabajo, siendo particularmente importante la incidencia de las micropymes, es decir, empresas con hasta 10 trabajadores.
En España se encuentran agrupadas en asociaciones empresariales, siendo la más representativa en Madrid CEIM, que agrupa a más de 200 asociaciones sectoriales y territoriales.
Las pymes han sido las protagonistas del crecimiento económico hasta 2007, tanto en la creación de riqueza como de puestos de trabajo
2.- El modelo de crecimiento se ha basado en el apalancamiento, en el endeudamiento. Las administraciones y las grandes empresas, con su poder de compra, han retrasado los pagos (de manera que las grandes compañías de distribución, por ejemplo Carrefour, basan gran parte de sus beneficios en cobrar al contado y pagar a 90 ó 180 días). Esta práctica –el descuento comercial- obliga a las pequeñas empresas que quieran trabajar con ellos a acudir a la entidad financiera para que le adelanten el dinero que necesitan para pagar el coste de las mercaderías o los salarios de sus trabajadores. En un sistema sano, las ventas no deberían financiarse a través de las entidades financieras. El retraso en el cobro de las mismas no debería superar el tiempo que nuestro cliente necesitase a su vez para cobrar sus ventas, lo cual, en un sistema tan informatizado y globalizado como el actual, no debería llevar, en ningún caso, más de 30 días. Si se consiguiese acortar los plazos de cobro a estas fechas se reduciría en gran parte ese dinero artificial corresponsable de la crisis económica actual.
En los últimos años hemos asistido además a un crecimiento de los beneficios de las pymes y con ello a una mayor renta disponible para empresarios y trabajadores. La falta de principios, la necesidad de maximizar el beneficio a corto plazo que mencionábamos antes, ha hecho que esos beneficios se utilizasen para que junto con un mayor endeudamiento se alcanzasen cotas de crecimiento más rápido. Pero si un año no crecen los beneficios, o incluso si desaparecen, no se puede repagar el apalancamiento, arrastrándose el patrimonio empresarial. Si además tenemos en cuenta la facilidad con la que se confunde el patrimonio personal con el empresarial en el caso de pequeñas empresas, nos encontramos con los dramas que leemos todos los días en los periódicos. Esto en el caso de los empresarios o autónomos, pero en el caso de los trabajadores vemos replicada la situación, ya que la renta disponible con la que contaban fruto del aumento de los sueldos derivada de la mayor actividad económica, hizo que estos se endeudaran por encima de sus posibilidades, no solo para adquirir la propia vivienda, sino para aspectos más marginales, como la compra de un coche, de la segunda vivienda, o incluso para financiar ocio –buen ejemplo son los viajes o los “caprichos”-.
3.- Descripción básica de lo que se conoce como “credit crunch”
Las empresas utilizan para su negocio diario líneas de crédito, normalmente basadas en el descuento comercial, para poder financiar su actividad. Estas líneas tienen normalmente una duración anual, y han venido renovándose de manera casi automática. Sin embargo, al carecer las entidades financieras de la liquidez necesaria para atender a sus obligaciones (también ellas han utilizado sus recursos para apalancarse con otras entidades financieras, y les reclaman esas deudas), lo que hacen es no renovar esas líneas y exigir a las pymes la devolución inmediata del dinero. La pyme no puede entonces hacer frente a sus pagos corrientes, deteriorándose sus balances inmediatamente. No pueden pagar los salarios, por lo que deben despedir a sus trabajadores lo que, además de de los dramas personales que ello implica, hace que descienda el consumo y con ello las ventas. En un entorno en el que no existen ventas la obligación es realizar continuas promociones, rebajas, lo que implica un estrechamiento de los márgenes empresariales, y con ello la posibilidad de pagar los salarios pactados. Es un círculo vicioso del cual es muy difícil salir.
4.- Conclusión:
El mal llamado estado del bienestar nos invita a trabajar menos y ganar más. Lo que valen son los derechos, olvidándonos de las obligaciones inherentes a los mismos.
Lo que se hace necesario es darle la vuelta al aforismo anterior. Es necesario que trabajemos más, y desgraciadamente ganar menos, durante los próximos años.
Lo que hoy es una crisis tenemos la obligación de convertirlo en oportunidad: la refundación de nuestra sociedad, de nuestra cultura, volviendo a los valores tradicionales y, en el caso de la iglesia, llamando la atención acerca de la validez de la ética cristiana, utilizando los mensajes de Jesús, como la parábola de los talentos, y el Sermón de la Montaña, como base de dicha refundación.
martes, 16 de diciembre de 2008
Propósitos para el Adviento
Acaben con una riña. Hagan la paz. Busquen a un amigo olvidado. Despejen la sospecha y sustitúyanla por la confianza. Escriban una carta de amor.
Compartan un tesoro. Respondan con dulzura, aunque les gustara una respuesta brutal. Alienten a un joven a tener confianza en él mismo. Mantengan una promesa. Encuentren tiempo, tómense tiempo. No guarden rencor. Perdonen al enemigo. Celebren el sacramento de la reconciliación. Escuchen más a los otros. Pidan perdón si se han equivocado. ¡Sean gentiles aunque no se hayan equivocado! Traten de comprender. No sean envidiosos. Piensen antes en el otro.
Rían un poco. Ríanse un poco más. Gánense la confianza. Opónganse a la maldad. Sean agradecidos. Vayan a la iglesia. Quédense en la iglesia más de tiempo de lo acostumbrado. Alegren el corazón de un niño. Contemplen la belleza y la maravilla de la tierra. Expresen su amor. Vuélvanlo a expresar. Exprésenlo más fuerte. Exprésenlo serenamente.
¡Alégrense porque el Señor está cerca!
lunes, 15 de diciembre de 2008
No es un chiste de Gila, aunque lo parezca
jueves, 4 de diciembre de 2008
Desgraciadamente tenemos que volver a hablar de esto
Es difícil mantener la calma y sobre todo, contener la rabia y la indignación cuando ETA ha vuelto a matar, y lo ha hecho además en un pueblo gobernado por ANV. Porque conozco esa execrable normalidad que acompaña a cada atentado no sólo en el PV, sino también en el resto de España. Me sigue impresionando escuchar a los vecinos del asesinado relatar lo ocurrido, y no verles la cara, no soporto ese miedo que les hace esconderse; ese miedo y ese desprecio hacia el sufrimiento de los demás. Me llena de hastío escuchar una vez más las palabras de condena de nuestros responsables políticos, escuchar a nuestro presidente del gobierno decir que los etarras se pudrirán en la cárcel, escuchar al lehendakari vasco llamar valientes a los empresarios vascos.
Me llena de asco saber que la familia de Ignacio Uria comparte vecindario con los chivatos y los encubridores, me llena de dolor y de rabia comprobar que año tras año, atentado tras atentado, la historia se repite sin que nada cambie. Yo me pregunto, ¿tenemos los vascos derecho a la y griega, a la alta velocidad? ¿Cómo se entiende que se construya una carretera escoltando a los trabajadores? Cada vez que circulo por la autovía que une Pamplona con San Sebastián, pienso en los tres asesinados por ETA., ¿tenemos derecho al progreso en estas infames condiciones? ¿Cuándo vamos a tener líderes políticos de verdad que asuman la responsabilidad de combatir el terrorismo? Porque la democracia vasca es una mentira, la empatía vasca es otra gran mentira, y hasta que no reconozcamos todos el problema, nada va a cambiar, nada, para nuestra desesperación, nuestra frustración permanente ante líderes frívolos e incapaces. Exijo que se dé prioridad a derrotar a ETA en todos sus frentes, porque por mucha carretera estupenda que tengamos, por mucha infraestructura moderna que construyamos,seguiremos siendo la vergüenza de Europa.
Precisamente había preparado una intervención para una universidad en Madrid y había escogido el episodio que marcó mi compromiso contra ETA; curiosamente, tiene que ver con otra gran infraestructura vasca, la nunca operativa central nuclear de Lemóniz; el 29 de enero de 1981 José María Ryan era secuestrado por ETA; José María era el ingeniero jefe de la central nuclear de Lemóniz, en Vizcaya, una central que nunca llegó a funcionar y con un historial de atentados y víctimas terrible; ETA pide a cambio de su liberación el desmantelamiento de esta central nuclear. Ocho días después, aparece su cadáver con un tiro en la nuca, los ojos vendados, maniatado, al borde de un camino forestal. Tenía 39 años. Mujer y cinco hijos. Los medios entonces mencionan a la "organización militar ETA", autora del crimen, en esto hemos mejorado sustancialmente, pero en sus declaraciones anónimas, lo cual sigue siendo igual de repugnante, los compañeros de Ryan se refieren a él "como un euskaldún de toda la vida". Vamos, "uno de los nuestros", uno de los que nadie en el pueblo sospecha que pueda ser objetivo de ETA. Uno de los que nunca se "mete en política" -como si defender la democracia y la vida de todos fuera política-
La palabra "terrorismo" no aparece en ninguna de las líneas que he vuelto a leer. Yo estudiaba entonces COU, tenía 17 años, y la fotografía de esta víctima en un blanco y negro sobrecogedor, su historia, me impactaron profundamente; tanto fue así que participé por primera vez en una manifestación en San Sebastián, con una compañera de clase, y recuerdo muy bien los insultos de quienes nos observaban desde las
aceras, las piedras que volaban sobre nuestras cabezas. En el instituto apenas hubo espacio para el debate, no creo recordar que se interrumpieran las clases como sucedía cuando se apresaba a algún terrorista o fallecía alguno de los asesinos mientras manipulaban explosivos. Pero me consta que se produjo la primera huelga en el PV por una víctima del terrorismo. Tengo que admitir que aún sabiendo lo que sucedía a mi alrededor, tomé consciencia del problema del terrorismo por aquella noticia, y muy especialmente, por aquella fotografía que recogieron todos los medios de comunicación. Fue aquella imagen en blanco y negro la que me impulsó no sólo a tomar conciencia, sino a movilizarme por primera vez contra el terrorismo, pero también por las víctimas, por su inocencia, su soledad, su vulnerabilidad frente al monstruo del terrorismo.
El nacionalismo se defendía en los medios de las acusaciones de ETA de su último comunicado, y no dedicaba una sola línea a la víctima. El poder, en este caso, el nacionalismo vasco gobernante, ignoraba una vez más a la víctima. Hoy el lehendakari estará en una manifestación ajeno a su responsabilidad, como un vasco más, aunque no lo es, es el RESPONSABLE de todos nosotros, es NUESTRO presidente, y no puede esconderse entre la, espero, multitud, insisto, escondido entre los suyos. Es como la camorra, a veces la familia terrorista mata incluso a sus propios miembros del clan, por eso la indignación hoy entre el mundo nacionalista es tristemente mayor.
Hoy algún medio de comunicación nos mostraba una interesante partida de cartas, la que jugaba a diario Ignacio Uría. Ayer volvió a jugarse. Sin él, pero estoy segura de que ya habrán encontrado repuesto, allí, la vida sigue, con o sin Ignacio, con o sin atentado. Para qué inmutarse. Tú puedes ser el próximo, así que callandito a casa, y ni un comentario en las tiendas, en el trabajo, o con algún vecino en el ascensor de tu casa, sólo con los que conoces muy pero que muy de cerca, vamos, t u madre o alguien así. Con el resto nunca se sabe. A mí misma me sucede. En algunas tiendas conmigo hablan los dueños, pero en cuanto entra alguien, enmudecen.
Cuando era joven, debería decir más todavía, no fue mi entorno escolar o educativo, ni el social, ni siquiera el familiar, mucho menos el político, el que despertó mi interés por el problema del terrorismo y por las víctimas del terrorismo, antes de serlo yo misma; no vino nadie a mi casa a buscarme y pedir mi solidaridad por la causa, como tampoco sucederá con los demás. En mi caso, fueron los medios de comunicación los que sirvieron de espejo neutro, opaco, para acercarme a la realidad. Hoy esa información se ha tornado opinión en la mayoría de los casos, y no sé muy bien cual es su percepción.
Los barómetros y las encuestas siguen mostrando a una sociedad preocupada por el terrorismo, contraria a la negociación y que apoya a las víctimas. O debería decir que ha tomado partido por las víctimas como si fuéramos un frente anacrónico abierto. Yo quiero defender una vez más, primero, mi frustración porque ETA sigue matando, pero también porque siento que estamos gobernados por líderes incapaces y sin voluntad de trabajar por terminar con el problema del terrorismo; quiero reivindicar nuestro cansancio ante la absurda normalidad con la que se convive en el País Vasco; no puedo imaginar el miedo con el que los trabajadores de la Y Griega vasca saldrán hoy y los demás día s a trabajar. Toda mi solidaridad desde aquí para todos los trabajadores del País Vasco.
Quiero reivindicar mi independencia, pero también nuestra diversa afiliación política; nuestra necesidad de que se respete a las víctimas en los momentos de mayor dolor para que no se exhiba nuestro sufrimiento, y también cuando nos manifestamos públicamente. Nuestro derecho como colectivo a exigir determinadas actuaciones políticas y a sancionar aquellas que atentan contra nuestro principio de justicia. Quiero defender hoy más que nunca la memoria de quienes han sido asesinados, sobre todo a Ignacio Uría, desde la dignidad y la coherencia, desde mi compromiso, por pequeño que sea. Y recordar que todos somos necesarios. Especialmente desde la responsabilidad que nos une a nuestros hijos.
Ana Iribar
Viuda de Gregorio Ordóñez
Precioso documento de mi amigo McCoy
En el silencio de la noche, entre dolores de parto, se oye un llanto, leve al principio, vigoroso después. El llanto de un recién nacido, vulnerable. Una madre, joven, comienza a respirar de forma más sofocada. Un padre, inexperto, hace lo que puede por limpiar tanto al uno como a la otra. Por toda compañía, dice la tradición, una mula y un buey. No interrumpen su rumia. En el silencio de la posada, algunos cambian de lado entre sueños. Qué habrá sido eso. Y siguen durmiendo ajenos a lo que sucede a unos metros de sus camas. Y, sin embargo, acaba de cambiar el curso de la Humanidad. Dios vuelve a hablar a su manera, desde el suave susurro de la brisa, desde la triste indiferencia de la noche.
Llega la hora del sueño para los pastores. Perra vida. Despojos de la sociedad judía. Los sucios a los que nadie quiere por compañía. Uñas negras, dientes sueltos. Desechos que viven entre ovejas. Qué paradoja: los elegidos, a ojos de Dios, para dar a conocer al hombre su verdadero rostro, criatura a su imagen y semejanza, por medio del niño. Los primeros. De nuevo, el Misterio. “Ha nacido el Salvador, el Mesías, el Señor”, atrona una voz celestial. A duras penas entienden el mensaje. Se repite tres y hasta cuatro veces. Dudas, miradas cruzadas, estupefacción. Y respuesta. Porque Dios no habla al oído, dispara directo al corazón, deseando que acoja su mensaje. Un requisito, sencillez, capacidad de escucha. Quien nada pierde, todo lo gana. Allá que se ponen en camino. Sin entender, confiados. Como un eco del primigenio fiat, de María, nueve meses antes.
Nunca obra tan importante contara con peor reparto. Un niño desvalido, una madre dolorida, un padre preocupado, hace frío, y un puñado de pastores imantados por una realidad que les supera. Un ángel pone la nota de glomour mientras que, de fondo, se oyen los balidos de las ovejas, probablemente el animal más idiota que hay sobre la tierra. Y, sin embargo, vio Dios que era bueno.
De lejos se oyen pisadas. Contra la luna tres siluetas recortadas. Camellos. Mejora el atrezzo. Llegan de donde nace el Sol. Son los Reyes de Oriente. Abiertos a la acción de Dios, buscaban una señal. Y la encontraron. Como los pastores, no dudaron en ponerse en camino en ese mismo momento. No hay nada más importante que encontrarse con el propio destino, que encontrarse con Dios hecho hombre. Nada. Bonita lección. Primero, pasan de largo. Hay bullicio ahí abajo. Qué harán esos pastores en aquel corralucho. Sigamos. Pero la señal no se mueve. Y la curiosidad les puede. Se acercan sigilosos. Una mirada, una constatación. El cansancio del camino ha desaparecido, la inquietud de sus almas duerme y la claridad de la presencia divina se impone. Se postran delante del pesebre, incapaces de levantar la mirada. Siendo reyes se encuentran con el Rey; buscando el Poder, descubren un poder que cambiaría el mundo. Hermanados con los pastores en la adoración del niño, ya nada volvería a ser lo mismo. Y al prójimo como a ti mismo.
Llega la Navidad. Y lo urgente de las obligaciones que nos hemos creado, concesión al mundo moderno, desvía la mirada de lo importante que verdaderamente ocurre estos días. Les invito, desde la fe de cada uno, a redescubrirlo. Escuchar cómo habla el silencio, sentir cómo calientan los abrazos, disfrutar de una sonrisa, dejar las prisas para otro día, mirar con los ojos del corazón, saber que las grandes cosas son la suma de muchas otras más pequeñas, valorar la compañía, soñar. Yo, sinceramente, les deseo lo mejor en estos días. Que la fuerza transformadora del Niño Jesús en el pesebre alcance su razón, su alma y su espíritu. Y que este pueda ser, a fin de cuentas, el mejor Valor Añadido de este año 2007. Se lo deseo con todo mi cariño. Feliz Pascua del Nacimiento del Salvador.
P.S. Este Valor Añadido tan distinto va con más amor del que se puedan imaginar dedicado a Jorgito, un niño de 9 años de Ciudalcampo Madrid, que lucha desesperadamente contra un tumor que consume sus días abrazado a su tortuga. Si se acuerdan un segundo, encomienden a él y a sus padres en estos días tan difíciles y esperanzados a la vez.
miércoles, 3 de diciembre de 2008
San Francisco Javier
martes, 2 de diciembre de 2008
Exigencias para el Adviento (I)
Portadores de paz
Tal vez tenemos demasiados deseos contradictorios, tal vez buscamos sin medida o sin horizonte o sin mesura. Tal vez nos buscamos demasiado a nosotros mismos.
domingo, 30 de noviembre de 2008
El Adviento que viene
Bajé la cabeza y pregunté: "¿Viene ya?"
De todas partes parecía que estallaba el ¡Sí! de la respuesta.
El pensamiento, atormentado, decía:" ¡No está todavía la cúpula de mi palacio! ¡Nada está en regla!".
Vino una voz del cielo: ¡¿Derriba tu palacio!"
"¿Por qué?", preguntó el Pensamiento.
Porque hoy es el día del Advenimiento, y tu palacio estorba el paso".
Queridos amigos,cuántas veces en nuestra vida, si tuviéramos un poco de perspicacia, podríamos decir: Hoy es el día de mi salvación, hoy puede ser un día único en mi vida, hoy es la ocasión. A menudo, no hacemos caso y convertimos un día especial en un día cualquiera.
Tenemos ante nosotros una ocasión, tal vez, única: derribar mis barreras, barrer los escombros, dejar mi espíritu libre y purificado. No sea que hoy sea el día del advenimiento y mi yo estorbe el paso.
Amigos, aprovechemos estos días que vienen. Va, también, para tí Mate!
viernes, 28 de noviembre de 2008
Reseña de un acto importante
Homenaje al profesor Laboa en la presentación de su “Atlas de los Concilios”
«Los obispos están divididos al 50%»
Es uno de los más prestigiosos investigadores de la Historia de la Iglesia. Tras 40 años de dedicación a la enseñanza, Juan María Laboa, profesor emérito de Comillas, se dedica a escribir. Ayer, la presentación de su libro “Atlas histórico de los Concilios” (San Pablo) se convirtió en un homenaje espontáneo a su figura. Hombre de Iglesia y, por ende, abierto y crítico, Laboa invitó a “aprender las lecciones que la Historia da a la Iglesia” y reconoció, con tristeza, que “los obispos están divididos al 50%”. La apretada votación del secretario general le daba, una vez más, la razón.
El aula magna de la Pontificia de Comillas estaba abarrotada. En la presidencia, Fernando Sebastián, Santiago Madrigal, decano de la Facultad de Teología y Pedro Miguel García, subdirector editorial de San Pablo. Intervenciones sentidas y ponderadas de los presentes. Con numerosas alabanzas al autor. Por su obra y por todo su recorrido. Tantas que, con sentido del humor, cuando le llegó el turno, Laboa saludó con una anécdota en la que un viejo profesor decía ante las loas de sus presentadores: “Sigan, sigan, a ciertas edades, las alabanzas reconfortan”.
En primer fila de la sala, Carlos García de Andoín, el líder de Cristianos Socialistas del PSOE, y tres obispos: Raúl Berzosa, Joan Enric Vives y Juan del Río. “En actos como éstos la ‘otra’ Iglesia respira y toma conciencia de que existe y es numerosa”, decía un sacerdote sentado a mi lado.
Monseñor Sebastián ensalzó la obra de Laboa y calificó al autor de “pedagogo y publicista”. Por su parte, el subdirector de San Pablo, Pedro Miguel García destacó algunas de las cualidades del autor: “claridad, visión de fe, libertad de opinión y expresión, asi como preocupación por las realidades eclesiales del momento”.
Visiblemente emocionado, el profesor Laboa comenzó señalando que “tras 40 años de dedicación a la enseñanza de la Historia de la Iglesia o te vuelves loco o purificas la fe”. Y a renglón seguido, añadió: “En estos 40 años he aprendido que la Iglesia es maestra, pero no tiene discípulos”. Porque, “en la Iglesia, el Espíritu está en vasijas de barro”.
Al echar la vista atrás, Laboa recordó que “los sufrimientos en la Iglesia, muchas veces no vienen de los enemigos, sino de los de dentro”. A pesar de todo declaró: “He intentado ser libre, porque no hay evangelización posible, si no somos muy limpios y muy libres cuando hablamos de la bondad y de las perversiones de la Iglesia”.
A su juicio, los que quieren acallar las críticas a la institución con el célebre refrán de que los trapos sucios no se lavan fuera de casa es “porque pretenden mantenerlos sucios dentro”.
Anunció que prepara un libro sobre “La Historia de la Iglesia samaritana” y apuntó algunas de sus preocupaciones actuales. Primero, el “tremendo desconocimiento de la Historia de la Iglesia tanto dentro como fuera de ella”.
En segundo lugar, advirtió contra “el peligro inmenso de falsear la Historia de la Iglesia, como ya hacen algunas instituciones y congregaciones. Y eso es escandaloso”. En tercer lugar, apostó por el diálogo y la comunión eclesiales. “En estos momentos, en España, los obispos están divididos al 50 por ciento. Y los cristianos, también”. A su juicio, la jerarquía tiene que buscar urgentemente “a gente capaz de ser puente”. De lo contrario, “no tenemos futuro”.
Y por último, señaló que la Iglesia no debería enrocarse. “Cuando se nos ataca y somos débiles, no vale refugiarse en el integrismo o en el gueto. Eso debilita y empobrece a la Iglesia que, además, perderá la cultura y no convencerá a nadie”.
La sala respondió a sus palabras con una cerrada ovación. “Todavía quedan profetas”, aseguraba un jesuita.
El verdadero progresismo
— ¿Rezas a Dios? —pregunta Bloch.
— Sí, cada noche —contesta el pequeño.
— ¿Y que le pides?
— Nada. Le pregunto si puedo ayudarle en algo.
Y ahora soy yo quien me pregunto a mí mismo qué sentirá Dios al oír a este chiquillo que no va a Él, como la mayoría de los mayores, pidiéndole dinero, salud, amor o abrumándole de quejas, de protestas por lo mal que marcha el mundo, y que, en cambio, lo que hace es simplemente ofrecerse a echarle una mano, si es que la necesita para algo.
A lo mejor alguien hasta piensa que la cosa teológicamente no es muy correcta. Porque, ¿qué va a necesitar Dios, el Omnipotente? Y, en todo caso, ¿qué puede tener que dar este niño que, para darle algo a Dios, precisaría ser mayor que El?
Y, sin embargo, qué profunda es la intuición del chaval. Porque lo mejor de Dios no es que sea omnipotente, sino que no lo sea demasiado y que El haya querido «necesitar» de los hombres. Dios es lo suficientemente listo para saber mejor que nadie que la omnipotencia se admira, se respeta, se venera, crea asombro, admiración, sumisión. Pero que sólo la debilidad, la proximidad crea amor. Por eso, ya desde el día de la Creación, El, que nada necesita de nadie, quiso contar con la colaboración del hombre para casi todo. Y empezó por dejar en nuestras manos el completar la obra de la Creación y todo cuanto en la tierra sucedería.
Por eso es tan desconcertante ver que la mayoría de los humanos, en vez de felicitarse por la suerte de poder colaborar en la obra de Dios, se pasan la vida mirando hacia el cielo para pedirle que venga a resolver personalmente lo que era tarea nuestra mejorar y arreglar.
Yo entiendo, claro, la oración de súplica: el hombre es tan menesteroso que es muy comprensible que se vuelva a Dios tendiéndole la mano como un mendigo. Pero me parece a mi que, si la mayoría de las veces que los creyentes rezan lo hicieran no para pedir cosas para ellos, sino para echarle una mano a Dios en el arreglo de los problemas de este mundo, tendríamos ya una tierra mucho más habitable.
Con la Iglesia ocurre tres cuartos de lo mismo. No hay cristiano que una vez al día no se queje de las cosas que hace o deja de hacer la Iglesia, entendiendo por «Iglesia» el Papa y los obispos. «Si ellos vendieran las riquezas del Vaticano, ya no habría hambre en el mundo». «Si los obispos fueran más accesibles y los curas predicasen mejor, tendríamos una Iglesia fascinante». Pero ¿cuántos se vuelven a la Iglesia para echarle una mano?
En la «Antología del disparate» hay un chaval que dice que «la fe es lo que Dios nos da para que podamos entender a los curas». Pero, bromas aparte, la fe es lo que Dios nos da para que luchemos por ella, no para adormecernos, sino para acicateamos.
«Dios —ha escrito Bernardino M. Hernando— comparte con nosotros su grandeza y nuestras debilidades». El coge nuestras debilidades y nos da su grandeza, la maravilla de poder ser creadores como El. Y por eso es tan apasionante esta cosa de ser hombre y de construir la tierra.
Por eso me desconcierta a mi tanto cuando se sitúa a los cristianos siempre entre los conservadores, los durmientes, los atados al pasado pasadísimo. Cuando en rigor debíamos ser «los esperantes, los caminantes». Theillard de Chardín decía que en la humanidad había dos alas y que él estaba convencido de que «cristianismo se halla esencialmente con el ala esperante de la humanidad», ya que él identificaba siempre lo cristiano con lo creativo, lo progresivo, lo esperanzado.
Claro que habría que empezar por definir qué es lo progresivo y qué lo que se camufla tras la palabra «progreso». También los cangrejos creen que caminan cuando marchan hacia atrás.
De todos modos hay cosas bastante claras: es progresivo todo lo que va hacia un mayor amor, una mayor justicia, una mayor libertad. Es progresivo todo lo que va en la misma dirección en la que Dios creó el mundo. Y desgraciadamente no todos los avances de nuestro tiempo van precisamente en esa dirección.
Pero también es muy claro que la solución no es llorar o volverse a Dios mendigándole que venga a arreglarnos el reloj que se nos ha atascado. Lo mejor será, como hacía el niño de Bloch, echarle una mano a Dios. Porque con su omnipotencia y nuestra debilidad juntas hay más que suficiente para arreglar el mundo.
José Luis Martín Descalzo, "Razones para vivir".
Tiempo de Adviento, preparación de la Navidad
martes, 25 de noviembre de 2008
A propósito de los crucifijos
jueves, 20 de noviembre de 2008
No tener confianza es no tener paz
Tal vez sea porque tampoco nosotros somos auténticos, tal vez sea por eso. Lo cierto es que vivimos en un mundo de engaño. Engaño en los negocios, engaño en los artículos que consumimos, comida, cremas, accesorios, contratos, etcétera; engaño en el amor y en la amistad. Y cuando somos sinceros, honestos, ¡cuánto nos duele que alguien nos traicione!
Creer en nuestros semejantes, en nuestros seres queridos, es necesidad vital para poder vivir. Creer plenamente, sin sombra de duda en el ser amado es condición necesaria para sublimarnos en toda nuestra integridad moral como el que alguien nos diga: - ¡Creo en ti!. Pero los seres humanos nos fallamos unos a otros y es ahí cuando aparece el dolor, los celos, la desconfianza.
Tal vez hoy tengamos eso, dolor, decepción, estamos heridos, nos han engañado... Tal vez aquel puesto de trabajo que nos prometieron fue un engaño, tal vez aquel juramento de amor no fue sincero, tal vez aquella amistad nos clavó un puñal por la espalda... Traición, mentira, desilusión, elementos y sensaciones que nos hacen estar tristes, muy tristes. No queremos hablar con nadie, no queremos contarle a nadie nuestra pena, ¡nos han engañado! y hemos perdido la confianza.
Por ese dolor, de la índole que sea, no nos dejemos aniquilar. Dios es nuestro Padre y nos está cuidando, un Padre todo amor y en El si podemos confiar. Fijémonos en los niños cuando juegan en el Parque. Andan corriendo un poco lejos de su madre, pero si tropiezan y caen, o algo los asusta, corren a refugiarse en los brazos de ella que los acoge solícita y el niño con un suspiro de llanto apoya su cabecita en el regazo materno porque allí se siente seguro y CONFIADO. Eso es lo que necesitamos cuando las cosas nos hacen sufrir, tener confianza en nuestro PADRE Dios pero también en los hombres. El niño no solo cuando cae o tiene miedo, sino cuando encuentra una florerilla corre gozoso a mostrársela al ser querido. Así nosotros en nuestras penas, pero también en nuestros acontecimientos gratos, en nuestros triunfos y alegrías vayamos a Él para mostrarle y agradecerle todo aquello que nos llena de dicha.
La falsedad, aunque en estos tiempos parece acosarnos para donde miremos, no es un mal de hoy. Ya lo podemos ver en el texto de (Jeremías, IX, 3 y 55) "Nada de fidelidad, solo el fraude predomina en la tierra. Amontonan iniquidad sobre iniquidad... recelan uno del otro, nadie confía en nadie todos engañan, todos difaman... no hay en ellos palabras de verdad. Tan avezadas están sus lenguas a la mentira, que ya no pueden sino mentir".
Nos engañamos, nos mentimos unos a otros porque no somos auténticos. Hemos de vivir nuestra existencia con autenticidad para poder confiar y dar confianza a nuestros semejantes.
Estamos llamados a hacer un mundo nuevo. Un mundo mejor. Un mundo verdad. Y LA VERDAD NOS HARÁ LIBRES. Para eso tenemos que vivir nuestra propia vida con auténtica verdad. Una auténtica renovación en nuestras vidas, empezando por confiar en la Humanidad.
La soledad, incluso en el desierto, tiene salvación
domingo, 16 de noviembre de 2008
La parábola de los talentos
jueves, 13 de noviembre de 2008
Algunas perlas de la jornada
Cómo nos ven en el exterior
The morning after
Nov 6th 2008
From The Economist print edition
After three decades of partying, Spain has woken up with a hangover. Curing it will require changes, writes Michael Reid (interviewed here)
THE past few months have been bittersweet for Spain. In a general election in March the Socialist Party won a clear but not overwhelming victory, giving José Luis Rodríguez Zapatero a second term as prime minister. That seemed to drain some of the partisan poison that had accumulated in the political system over the previous four years. In June Spain shook off its long-standing reputation as the permanent under-achiever of world football, winning the European championship with swift and skilful attacking play. Not only did the performance of its young team (featuring Catalans as well as the usual Madrileños in prominent positions) seem to echo Spain’s flowering of creativity in everything from architecture to gastronomy; many commentators saw the footballers’ triumph and the public’s rapturous response to it as a welcome expression of national unity in a country that seemed to be turning increasingly fissiparous. In July Rafael Nadal, a tennis genius from Mallorca, won the Wimbledon championship. At the moment of victory he scampered across the press-box roof, clutching the national flag, to salute Spain’s crown prince and his wife.
But every month since the election the news at home has become gloomier. Investment is slumping. Unemployment in August was 11.3%, a third higher than a year earlier, the biggest jump for 30 years. The economy grew by just 0.1% between the first and the second quarters of this year, the slowest pace since 1993. It is now almost certainly contracting. So sharp was the deterioration that Mr Zapatero (pictured above with Pedro Solbes, his finance minister), who had earlier refused to acknowledge that there was any economic crisis, interrupted his August break to hold an emergency cabinet meeting. “Spaniards went on holiday in party mood and came back to find there was no champagne left, nor even any decent wine,” sums up Fernando Fernández, a former IMF official who is now rector of Nebrija University near Madrid.
Great while it lasted
The fiesta had indeed been splendid. Spain has undergone an extraordinary transformation since Francisco Franco died in 1975 and his long dictatorship came to an end. Democracy was swiftly consolidated. A deeply conservative Catholic society has metamorphosed into an almost self-consciously tolerant one. In the 1960s two-fifths of Spaniards still toiled on the land, many of them living in poverty. Now only 5% work in agriculture. Spain has become a vibrant, middle-class urban society.
Social and political change went hand in hand with economic progress. Between 1994 and 2007 the economy grew at an average annual rate of 3.6%. During that period unemployment fell from 24% to 8%, even though many women joined the labour force and some 5m immigrants arrived—and were absorbed with scarcely any sign of tension. For most of the past decade Spain has been responsible for creating about one in every three new jobs in the euro zone. By 2007 total employment had risen to 20m, from only 12m in 1993. When Spain joined the forerunner of the European Union in 1986 its income per person was only 68% of the club’s average; in 2007 its income per person was 90% of that of the 15 EU members before its latest expansion. Living standards are now higher than Italy’s.
The improvement in Spaniards’ lives is instantly visible. Many elderly people are short, stunted by the hunger they suffered as children in the hard years of fascist autarky after Franco won the civil war of 1936-39. Young Spaniards are strikingly taller than their grandparents, exemplified by Pau Gasol, who measures seven feet (2.13 metres) and was voted the most valuable player when Spain won the latest world basketball championship.
Spain is not just a desirable place to live—though it is that, attracting northern Europeans who have bought second homes in order to enjoy the Spanish combination of sun, good public services and a relaxed way of life. In 2006 it was the world’s ninth-largest economy measured at market exchange rates and the twelfth-largest at purchasing-power parity. It is the sixth-biggest net investor abroad.
The economic boom began under Franco, who abandoned autarky in the late 1950s. He turned the management of the economy over to technocrats from Opus Dei, a lay Catholic organisation, who opened it to foreign trade and investment. But a bigger change came in 1986 when Felipe González, a Socialist prime minister, led Spain into Europe. Foreign direct investment flooded in as multinationals set up car and other factories to take advantage of relatively low wages.
The euro effect
Money from Brussels also poured in. Spain has been the largest single beneficiary of EU regional funds. It has received a total of €186 billion, most of which was wisely spent on improving roads and railways. Under Mr González’s successor, José María Aznar of the conservative People’s Party (PP), Spain qualified to join the euro at its inception in 1999. Interest rates fell dramatically: the cost of mortgages, for example, came down from 18% to below 5%, unleashing a housing boom.
Yet with a suddenness that has taken officials by surprise, economic boom has turned to bust. When the European Central Bank raised interest rates last year, the housing bubble burst. Higher oil prices also cut disposable income, as well as pushing inflation to a new high of 5.3% in July. And international financial turmoil has caused a credit squeeze at home.
Mr Zapatero points out that so far Spain has fared no worse than several other large European economies, and that the country’s financial system is stronger than that of many of its counterparts: to date, no Spanish bank has got into difficulties. In an interview for this special report Mr Zapatero conceded that the economy faces a period of stagnation, but insisted that “once calm returns to the international system, we will return to growth without the Spanish economy having suffered structural damage.” The government forecasts that after a year of almost no growth a recovery will start towards the end of 2009.
This strikes many as far too optimistic. Economists and businesspeople complain that the government was slow to respond to the economy’s swift descent into recession. One of the country’s most experienced bankers reckons that even if the outside world rights itself fairly quickly, recovery will not begin for at least two years. Some are even more pessimistic, arguing that in addition to the liquidity squeeze and the housing bust Spain suffers from an underlying lack of competitiveness. The symptoms are a current-account deficit that topped 10% of GDP in the first half of this year and an inflation rate that has been about one percentage point higher than the average for the euro zone for most of the past decade.
Fixing this will not be easy. When recession struck in the past, as it did in the early 1980s and again in 1993, the key to recovery was devaluation. But with Spain in the euro that option is no longer available. Unless the government rams through structural reforms to make the economy more competitive, the argument goes, adjustment to a harsher economic environment will involve a big rise in unemployment and years of stagnation. Instead of going into a V-shaped recession, with a swift recovery, the economy could be heading for an L-shaped depression.
Spain’s prosperity is due partly to good luck, in the form of EU entry. But for most of the past 30 years it has also managed its affairs far better than its southern Mediterranean peers have done. Despite some corruption, particularly in local government, Spanish politics is generally fairly clean. The country’s economy is relatively open and flexible—halfway between Britain and the rest of continental Europe. Economic management has been mostly competent and stable: since 1993 Spain has had just two finance ministers (Italy has had four since 2001 alone). Mr Solbes, who has held the job since 2004, had an earlier spell in 1993-96 under Mr González before moving on to become the EU’s commissioner for economic and monetary affairs. Under Mr Aznar the incumbent was Rodrigo Rato, who subsequently became the IMF’s boss.
Officials reel off other reasons why Spain is now a different and stronger country than it was when recession last struck. For example, in 1993 the government had a budget deficit of 7% of GDP; in 2007 it had a surplus of 2.2% and public debt was just 36.2% of GDP, down from a peak of 68% in 1996 (compared with Italy’s figure of 104% in 2007 or Britain’s of 44%). Even more importantly, over the past 15 years a clutch of powerful Spanish multinationals has emerged. In 2000 theFinancial Times list of the world’s 500 biggest firms by market capitalisation included only eight from Spain; by 2008 the figure had risen to 14.
A generation of young Spaniards that has grown up knowing nothing but rapid economic growth may now have to contend with unemployment. This will put Spain’s political system, as well as its economy, to its most severe test since the early years of its transition to democracy. This special report will weigh the country’s strengths and weaknesses and assess its prospects for renewed economic growth. It will argue that Spain can avoid Italy’s fate of seemingly remorseless decline. But there are some grounds for concern in politics.