jueves, 29 de noviembre de 2007

Hoy también es el día del Señor
Durante los muchos años que acudí a la universidad Gregoriana, el jueves era día festivo. Probablemente se trataba de una costumbre jesuítica ya que en las Reducciones del Paraguay también dejaban de trabajar los jueves. En la liturgia, el día del Señor es el domingo, día en el que conmemoramos la resurrección de Jesús, pero en la vida de cada día reconocemos que Dios es el alfa y el omaga, el señor del tiempo. Por eso he iniciado mi día bastante baldado pero contento porque me encuentro con una nueva oportunidad de ser feliz, de contar con los amigos, de servir para algo y de acopañar a quien lo necesite.
Buenos días!

martes, 27 de noviembre de 2007

Navidad

Al hilo del documento que nos ha pasado Juan Mari sobre la Navidad y del hilo de Alfonso sobre nuestro Alcalde, quería mostrar mi sonrojo y enfado, por la manera en que estos señores prostituyen la Navidad, con el único fin de ganar unos cuantos votos de los que no creen, de los progres, de cuantos desprecian los valores y las tradiciones.

Frente al "porro" y palabras similares que alumbraban las noches de la capital el año pasado, este año se resalta el nacimiento de Jesús con: "risa", "reposo", "calma". Ni un solo signo religioso.

Porque el Cristianismo, y todo lo que huele a Dios, les apesta a estos políticos sin valores, esclavos del voto, que no dudan en traicionar, ahora y siempre hasta sus más intímas creencias.

Proscriben el espirítu rebelde de aquellos individuos que no se socializan en la cultura del bienestar, de la ignorancia y de la falta de valores.

No nos queda sino volver a nuestros origenes, a celebrar a Cristo como lo hacían los primeros Cristianos, en la intimidad de su hogar, con sus familias y amigos.

lunes, 26 de noviembre de 2007

Juan Manuel de Prada

Los que me conocen saben de mi poca afición a la lectura de periódicos, incluidos los dominicales. Entre semana me conformo con la lectura de titulares en mi Blackberry, y el fin de semana no tengo mucho tiempo entre carreras y dejar y recojer niños aquí y allá.

Sin ambargo ayer pude ojear el dominical de ABC, y me encontré con un curioso opúsculo del autor citado, con el título "Católico y coñón que es uno". Buscando el el diccionario, he visto que Coñón no tiene significado alguno (salvo, como bien sabe Juan Marí, el nombre de un Papa del siglo VII, en concreto que dirigió los designios de la Iglesia durante un año).

El ensayo de marras tenía como propósito contestar a ese deplorable personaje que ayuda a despertarse con odio todas las mañanas desde la COPE. Y perdón por la poca caridad cristiana demostrada en la definición anterior, no la repetiré más...

Traía a colación un libro escrito según el autor en su juventud literaria, con el poco afortunado título de "Coños", imagino que por quello del marketing para vender más. De Prada no reniega del mismo, más debido a no dar la razón a Losantos que a un convencimiento de la conveniencia de lo publicado, pero hace una reflexión acerca de la incitación del catolicismo "al constante cambio", poniendo como ejemplo, ni más ni menos, a Pablo, Agustín o María Magdalena.

Otra reflexión interesante es "uno de los rasgos más distintivo del católico es su apertura a la belleza incesante y siempre renovada de la redención".

En definitiva, demasiada altura para un articulillo en defensa de una posición propia.

Artículo entero: www.xlsemanal.com/prada
www.juanmanueldeprada.com

martes, 20 de noviembre de 2007

Así, SÍ.

No sé si conocéis mi escepticismo acerca de la capacidad de cierta jerarquía eclesiástica para despertar interés intelectual o para transmitir un mensaje cristiano claro y vital; si no lo sabíais, os lo digo ahora: me cuesta reconocerme en la mima confesión de fe que muchos de nuestros pastores.
Hace unos cuantos días, dos o tres semanas tal vez, Monseñor Setíén estuvo bajo el escrutinio de los medios de comunicación por un libro que acababa de publicar. Leer sus opiniones, vertidas en más de una entrevista, me produjo escalofríos y en más de una ocasión una tristeza abrumadora.
Hoy, gracias a Dios, he podido reconciliarme con el mensaje de nuestros obispos mediante el discurso de apertura de la XC Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española.
Quiero evitar cualquier comentario por mi parte acerca de dicho discurso y dejar que cada uno lo vea sin presupuestos previos, por lo que sólo os incluyo el enlace.
Querido Alfonso, las palabras que siguen valen por muchos anuncios.

http://www.conferenciaepiscopal.es/documentos/plenaria/XC_plenaria.html

Un fuerte abrazo y un cariñoso saludo al despertar anestésico de Juan Mari.

Nacho

jueves, 15 de noviembre de 2007

Anuncio televisión

¿Habéis visto el anuncio de la Conferencia Episcopal en televisión?
Por el lado positivo, me parece estupenda la iniciativa y además creo que es un anuncio moderno, que incide notablemente en la componente social de la Iglesia, de su ayuda a los más desfavorecidos.
En el lado no tan positivo creo que deberían lanzar una campaña en la que no primase la obtención de fondos (al final del anuncio te revelan lo que parece su única intención, el que marques la casilla de la Iglesia en la declaración de la renta). Creo que es muy bueno utilizar los medios de comunicación de masas para hacer llegar el mensaje de Jesús a la población, pero quizá no empezando por pedir ayuda en el sustento de su Iglesia.
¿Qué opináis?

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Pedro Arrupe S.J





Hace cien años, nació en Bilbao quien con el tiempo sería Superior General de los jesuitas en una época difícil para el mundo, controvertida para los jesuitas y fecunda e intensa para la Iglesia. Su figura es señera y su legado sustancioso, algunos lo catalogan como refundación de la Compañía.
¿Qué nos dice hoy su recuerdo?

Un abrazo

Nacho

lunes, 12 de noviembre de 2007

De cuando el hombre se creyó Dios

Espero que sepáis perdonarme al reunir las contestaciones que debía a todas vuestras reflexiones en este comentario. No he tenido tiempo de contestar estos días y ahora que tengo un momento, espero no abusar de vuestra comprensión.

¿Qué liderazgo puede esperar nuestro tiempo si los hombres hemos abdicado de la mayoría de valores que constituyen un ejemplo digno de imitar?

Decís que el líder ha de ser coherente, dando testimonio y sirviendo de ejemplo; ha de tener espíritu de servicio. Yo añado que ha de ser capaz de imaginar destinos y buscar los caminos que nos lleven hasta ellos.

El catálogo de rasgos de la personalidad y el carácter, esto es de la psicología, de un líder no son los mismos que el catálogo de las virtudes de una persona. Esta diferencia nos aclara la razón por la que ha habido y hay tantos líderes que han sido malignos, perniciosos, diabólicos. También nos pone en el camino del conocimiento del hombre que, empujado por su soberbia, ha abandonado a Dios y busca ser el centro de su propia creación. En este proceso ha difuminado el contorno de la verdad y ha creado sus pequeños mundos en los que cada idea tiene un valor categórico: el reino del relativismo en el que todo es importante y nada es verdaderamente importante.

El ser humano está perdiendo su centro y ha convertido el liderazgo moral en una cuestión tangencial, imposible de concretar. Los líderes ya no tiene madera de héroe sino de triunfador: hemos abandonado el imperio de los mejores, por los feudos de los que más tienen.
Y cada vez más en las afueras, en las fronteras del sentido esencial del hombre, estamos los cristianos, "rara avis" de la humanidad actual. Nos empeñamos en trascender el sentido material de la vida y en buscar en un hombre, llamado Cristo, un ejemplo digno de admiración. En realidad no buscamos un líder ni nos importa, sólo buscamos la guía del Amor, así, con mayúsculas. Quien nos lo muestre será digno de ser creído. Cristo nos lo mostró.

En cuanto al "The Economist", querido Alfonso, es feliz coincidencia haber comprado la revista la semana pasada. No he profundizado en el dossier acerca de política y fe, que así es como lo presentan, pero, por lo poco que he leído, se muestran un tanto contrariados de ver como la ilusión racionalista que el "liberalismo" nos prometía no ha conseguido arrancar la raíz de la fe.
Otra cosa diferente es el reflejo que las religiones tiene hoy en día en la política global. Sin embargo, no estaríamos muy lejos de nuestras reflexiones acerca del liderazgo si consideramos que no son las religiones las que se alzan amenazantes, sino los hombres que se escudan tras ellas para ser alguien, para ser los nuevos dioses.

Un fuerte abrazo y gracias por vuestra paciencia si habéis llegado hasta aquí.

Nacho

En nombre de Dios

De esta manera titula el Economist (revista a la que estoy suscrito en el mismo ejercicio que hacía Nacho con El País) de la semana pasada un estudio en profundidad de la influencia de la religión en la vida pública actual, o más en concreto del uso que hacen los dirigentes de los distintos países de ella. Nada nuevo bajo el sol, si alguien se ocupase de estudiar mínimamente la historia. El único problema es que hoy las guerras son más sanguinarias, y los métodos de represión, incluido el terrorismo, son mucho más eficaces que antaño. Los distintos artículos del infome parecen abogar por el laicismo.
En el caso del Cristianismo, Jesús dejó claro aquello de "darle al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios". Sin embargo, una de nuestras misiones como cristianos es la de propagar la buena nueva.
Para gobernar en asuntos terrenales sería recomendable poner en común, al estilo del mínimo común múltiplo que estudiamos en su día en matemáticas, las enseñanzas morales que incluyen las grandes religiones, y dejar a la esfera personal la decisión de creer en la trascendencia o no del individuo. Pero nunca utilizar el nombre de Dios -y mucho menos el Dios que nos enseño Jesús- para imponer, legislar, juzgar, e incluso matar.

viernes, 9 de noviembre de 2007

La Iglesia y los comerciantes

Interesante el Evangelio de hoy, más después de nuestra reunión de ayer y de las reflexiones posteriores. Parece que a Jesús no le interesa nada que en el Templo se instalen los comerciantes. Sin duda, a ninguno nos agradaría que en nuestra casa pusiesen una feria. Al Templo se va a orar, a hacer comunidad, a compartir el pan con nuestros hermanos, a celebrar una fiesta, pero no una fiesta cualquiera, sino la fiesta a la que hemos sido invitados. Y Jesús delimita en este Evangelio claramente las reglas mínimas de asistencia a la fiesta.
Vamos a construir nuestro Templo de ladrillos y -podría decir como siempre, pero en este caso muy honrado y satisfecho-, he aceptado la responsabilidad de participar en el proyecto. De participar con responsabilidad, no sé si jurídica, pero desde luego moral. Se trata de un proyecto de envergadura, nada menos que construir y financiar una iglesia de varios millones de euros. Me sirve de mucho la acepción de liderazgo que da Juan Mari en su anterior reflexión. Buscaré la coherencia en las decisiones, y ya anticipo que será difícil, ya que las tentaciones de lograr los objetivos de manera no tan coherente serán fuertes. Así que necesitaré vuestra ayuda, sin duda.
Por último, para terminar este probablemente complicado de entender post, al menos para los que no estuviesteis en la reunión parroquial ayer, termino como termina su comentario al Evangelio de hoy San Bernardo: "...Por tanto, hermanos, sabemos por experiencia que somos la casa del Padre de familia por el alimento tan abundante que tenemos, el templo de Dios por nuestra santificación, la ciudad del Rey supremo para nuestra comunión de vida, la esposa del Esposo inmortal por el amor. Creo, pues, que puedo afirmar sin miedo: esta fiesta es realmente nuestra fiesta. "
Siguiendo con mi constancia habitual, escribo un segundo comentario a la reflexión de Alfonso, con la inquietante duda de si se perderá de nuevo. Evidentemente, mi liderazgo en el temas de ordenadores...está por los suelos. A pesar de ello, con encomiable entusiasmo: Este es un tema habitual en mis clases en mis reflexiones, el de la consistencia, la presencia y el influjo del liderazgo, concepto que admite diversas traducciones. La primera, importante en la vida de la sociedad y de la Iglesia, es el del liderazgo tomado como testimonio. Es líder en una sociedad, al menos, de creyentes , el que es coherente en su vida y acciones, con su fe, sus creencias o sus valores. En una sociedad de pensamiento y de convicciones débiles, el testigo coherente resulta más raro, pero más importante y necesario. Otro aspecto, al que vuelvo a menudo, es la carencia de líderes creíbles, interesantes, creativos, capaces de entusiasmar y convencer, en nuestra sociedad y en nuestra Iglesia, con la consiguiente pobreza y falta de atractivo de estas sociedades. Basta comparar la existencia de representantes de la sociedad, la`política y la Iglesia hace unos decenios y en nuestros días.

jueves, 8 de noviembre de 2007

Liderazgo

Buscando un tema de reflexión para hoy, después de otra de esas semanas ridículas en las que no he tenido ni tiempo para entrar en este blog, al que debo dedicarle al menos media hora diaria, si no más, por cuestiones de salud mental, me he encontrado con un librito de esos que se venden en los stands de "como hacerse rico en dos minutos" o "como ser mucho mas productivo con menor esfuerzo", y que por lo tanto seguro que no adornan vuestras bibliotecas. Es un libro que leí hace ya 7 años, y que no he olvidado. Se llama "La Paradoja", por James C. Hunter (Ediciones Urano), y su subtítulo es "Un verdadero retrato sobre la esencia del Liderazgo". Es la historia de un ejecutivo agresivo al que de repente le empeizan a ir mal las cosas importantes y decide retirarse a un monasterio y asistir a unos cursos impartidos por un monje que había sido un fenómeno de los negocios. Habla del liderazgo, en particular el de Jesús, de la importancia de tener voluntad de servicio para ser el primero. Indudablemente es una buena enseñanza para nosotros, vulgo pueblo, pero sin duda debería marcarse a fuego en las personas que nos gobiernan, en cualquier ámbito de nuestra vida.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Sigo con las dificultades crónicas y mi opinión de hoy se ha perdido. Decía que según pasan los años y tenemos más experiencias deberiamos sentir con más urgencia la necesidad de aceptar la invitación. En realidad, se trata de nuestra capacidad de encontrarnos con el señor y y de introducirle en nuestra vida.
Me gustaría comentar algo a propósito de la presentación de las Obras Completas de Azaña. Será en otra ocasión.

¡Feliz el que se siente a la mesa en el Reino de Dios!

Me ha llamado la atención el Evangelio de ayer (Lucas 14, 15-25), y me hace reflexionar sobre el comentario de Juan Mari acerca de la identificación de los cristianos con la Iglesia.
Cristo nos invita al banquete, y nosotros somos los privilegiados y atareados que ponemos excusas para no asistir. Los más simples, los más desfavorecidos acuden, sin embargo, prestos a la invitación. Interesante.
Por otro lado está la identificación con la Iglesia. Una de las materializaciones de la invitación de Cristo es a compartir el pan durante la Eucaristía. Es como mejor la visualizamos. Pero la fiesta que nos han preparado los hombres, sus representantes sobre la Tierra, no siempre parece ser suficientemente atractiva como para asistir a la misma. ¿No se tendría que adecuar la liturgia al concepto de fiesta, de banquete, actual? (evidentemente sin llevar el argumento al punto que lo haga ridículo).
La invitación al banquete no se acaba con la asistencia y participación en la misa, diaria o dominical. Es mucho más amplia. Pero probablemente la misa sirva de punto de enganche para muchos cristianos, y por lo tanto hay que cuidar la invitación, y la propuesta de banquete.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Conformar un diálogo entre amigos

No siempre tenemos la ocasión de dialogar sobre lo que va sucediendo cada día con nuestros amigos más cercanos. Este artefacto siniestro, pero maravilloso, que es internet, puede ayudarnos a cambiar con más facilidad impresiones y decir abiertamente lo que pensamos. Además, al escribirlo nos obligamos a pensar un poco más y a matizar mejor sin dejar de ser espontáneo y sencillo.
Al menos, lo intentamos.

domingo, 4 de noviembre de 2007

Ya tenemos blog!!!

Ahora a llenarlo de ciencia :-)