lunes, 29 de diciembre de 2008

2009

Quedan un par de días para iniciar un nuevo año. Sin perjuicio de que normalmente los propósitos importantes se hacen con el inicio del año escolar, el 1 de enero también es una buena excusa para nacer de nuevo, para plantearnos nuevos retos y desafios que nos hagan mejores.

Parece que el 2009 tiene todas las trazas de ser un annus horribilis, al menos desde el punto de vista económico. Descenso de la actividad, paro, pobreza, tensiones, violencia... Todos vamos a sufrirlo. En los buenos años hemos crecido, y como el resto de la humanidad nos hemos endeudado, en mayor o menor medida, para alcanzar más rápidamente nuestros objetivos. Algo hemos ahorrado, esperemos que sea suficiente para cubrir cualquier eventualidad que pueda surgir. 

Recuerdo mis conversaciones de Vespino con mi amigo Cami en los ya lejanos años de COU, en os que mantenía la teoría de que no había que hipotecarse para comprar una casa, sino que había que hacerlo cuando se tuviese el dinero suficiente. Me vienen a la memoria, con mucho cariño otras teorías peregrinas que discutíamos camino de la calle Lagasca, pero no vienen al caso.    

No hemos de perder la perspectiva y saber que a nuestro alrededor mucha gente sufrirá más que nosotros, que somos unos privilegiados. Existen ya en España cientos de miles de hogares sin ningún tipo de ingreso, y desgraciadamente la perspectiva es que este drama aumente exponencialmente. ¿Podemos hacer algo al respecto? Probablemente poco, pero algo sí que podemos y debemos hacer. Cada uno en la medida de sus posibilidades. Bastará en algunos casos con una sonrisa de apoyo, en ser capaces de escuchar en otros, en poder paliar con un pequeño donativo alguna situación coyuntural, o poder ofrecer un trabajo a alguien que lo necesite. Todo estará en función de las posibilidades de cada uno. 

Podemos hacerlo de manera pasiva, esperando que se cruce la oportunidad ante nuestros ojos. Somos unos privilegiados y, sin duda, esa oportunidad la tendremos, la tenemos -sin darnos cuenta- a diario. O podemos dar un paso adelante y comprometernos de alguna manera. Ese puede ser un buen objetivo para 2009, incluso de los calificados como importantes, de esos que nos fijamos a comienzo de cada curso. Sin duda, no hacía falta esperar a este 1 de enero para planteárnoslo. Probablemente forme parte del elenco de buenos propósitos que tenemos todos los comienzos de curso, todos los 1 de enero, o incluso todos los días. Pero utilicemos la excusa de que nunca nos hemos encontrado ante una situación económica como esta que se avecina para implementar este deseo.

1 comentario:

juanmari dijo...

Estoy de acuerdo en todo. Tal vez todos tenemos la convivicción de que somos responsables, en alguna medida, en la marcha de nuestro entorno, de nuestra sociedad, pero, de hecho, ponemos poco esfuerzo en ello. Trabajamos mucho, pero siempre en función de nosotros mismos. El paso consiste en esforzarnos por el bien común y de manera especial por el bien de quienes más lo necesitan. Son muchos muy cerca denosotros.