domingo, 30 de noviembre de 2008

El Adviento que viene

"Moría la noche; palidecían las estrellas. De repente, la piedra filosofal de la luz matutina lo tiño todo de oro. Un clamoreo corrió de boca en boca: "¡El heraldo, el heraldo!"
Bajé la cabeza y pregunté: "¿Viene ya?"
De todas partes parecía que estallaba el ¡Sí! de la respuesta.
El pensamiento, atormentado, decía:" ¡No está todavía la cúpula de mi palacio! ¡Nada está en regla!".
Vino una voz del cielo: ¡¿Derriba tu palacio!"
"¿Por qué?", preguntó el Pensamiento.
Porque hoy es el día del Advenimiento, y tu palacio estorba el paso".

Queridos amigos,cuántas veces en nuestra vida, si tuviéramos un poco de perspicacia, podríamos decir: Hoy es el día de mi salvación, hoy puede ser un día único en mi vida, hoy es la ocasión. A menudo, no hacemos caso y convertimos un día especial en un día cualquiera.

Tenemos ante nosotros una ocasión, tal vez, única: derribar mis barreras, barrer los escombros, dejar mi espíritu libre y purificado. No sea que hoy sea el día del advenimiento y mi yo estorbe el paso.
Amigos, aprovechemos estos días que vienen. Va, también, para tí Mate!

1 comentario:

Ignacio B. dijo...

Efectivamente, cuántas cosas haríamos distintas si en verdad fuéramos sabios. No haría falta tanto como un día: un simple intante podría cambiar nuestras vidas; aportarles el sentido que nos falta.

Pero instante tras instante, día tras día, nos dejamos llevar con la corriente que nos lleva a ninguna parte.

" (...)
¡Cuántas veces el ángel me decía:
Alma, asómate agora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía!

¡Y cuántas, hermosura soberana:
Mañana le abriremos --respondía--,
para lo mismo responder mañana!"