miércoles, 3 de diciembre de 2008
San Francisco Javier
Hace 47 años recibí la tonsura en la iglesia de Santiago en piazza Navona, la antigua iglesia del Reino de Castilla. La reforma litúrgica suprimió esta ceremonia, pero, naturalmente, no su sentido. Se trataba del primer compromiso formal en el camino del sacerdocio. Me impresiona que vosotros no hubiérais nacido, aunque en Dios estábais vivos. No estoy muy seguro de que fuéra muy consciente del compromiso que estaba asumiendo, pero lo recuerdo como un día de gran ilusión, con la mente puesta en la ordenación que recibiría un año más tarde y con mil proyectos no siempre realizables. Siguiendo a Francisco Javier, un personaje espléndido de la historia, tenía sueños de misiones, de paganos y de conversiones. Todavía hoy, cada vez que voy a Roma, paseo por Navona y entro en aquella iglesia donde tantos compatriotas nuestros durante, al menos cuatro siglos vivieron su fe.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
No te quepa duda de que a algunos paganos, o cristianos de apellido solo, has convertido.
Saludaremos a la iglesia de Santiago en nuestro próximo viaje a Roma.
Abrazos y muchas felicidades!
¡Felicidades!
Todavía hay mucho que misionar.
Un cariñoso abrazo.
Nacho
Publicar un comentario