viernes, 28 de noviembre de 2008

Tiempo de Adviento, preparación de la Navidad

Mi futuro amigo camilo Xabier escribe esto en su newsletter de esta semana:

Pronto, muy pronto, Occidente y Oriente, el Norte y seguro que el Sur también, festejarán ese tiempo llamado navidad. Toda fiesta exige preparativos, tiene su antesala. La Iglesia llamó a ese tiempo anticipatorio “Adviento”. A lo largo de las próximas semanas, hasta que llegue Navidad, propondremos alguna pista, pocas, para la reflexión y que puedan servir de preparación a la navidad.
Las palabras son importantes porque mediante ellas transmitimos pensamientos y sentimientos. Ellas ponen rostro a aquello que habita en el interior de nuestra ánima. Nos libera decir y nombrar correctamente aquello que sentimos y vivimos.
Aunque a primera vista se distingan fácilmente, a la
hora de la verdad suele ser habitual utilizar como sinónimos los términos “único y central” cuando realmente son totalmente contrarios e incluso antagónicos.
Lo único es reduccionista y excluyente. Lo único se resuelve por resolución de contrarios, por eliminación del otro, por aniquilación de la diferencia. Lo único está solo y a solas. Lo único exige obediencia y sumisión. Por eso el consumo, el dinero, el poder, la fuerza, la violencia se presentan ante nosotros como lo “único
que puede hacernos felices”. Si tú eres lo único importante en mi vida, ¿dónde quedo yo? ¿Quién soy yo sin ti?
En cambio, lo central construye en su entorno y pide la presencia de otros alrededor de ese centro. Lo central por su propia naturaleza convoca a los otros. Alimenta, irriga y da vida a lo que convoca en su entorno. Lo central no crea periferia sino que genera entorno. Genera vínculo. Crea relación. Nada ni nadie le sobra, sino que convoca y da sentido. Dios nunca pide ser lo único sino lo central. Quiere estar y ser el centro de nuestra existencia. El ídolo, en cambio, busca ser lo único. Quienes nos aman nos invitan a ocupar el centro de sus vidas, no nos piden ser lo único sino ser y formar parte de su centro. Nos piden ser su esperanza. Nos invitan a ser Esperanza. Ser Navidad.

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