miércoles, 7 de enero de 2009

Los fundamentalismos

Publica Siruela "El libro de los saberes. Conversaciones con los grandes intelectuales de nuestro tiempo". Será uno de mis objetivos a ojear en mi próxima visita a una librería. Entretanto, un periódico hace una reseña de una de las conversaciones que se tienen en el libro, con Samuel Hungtinton. De la entrevista destaca la siguiente afirmación:

"la mayoría de los movimientos fundamentalistas islámicos presentan ciertas similitudes con el protestantismo... estos movimientos se esfuerzan por defender cierta pureza, el compromiso religioso, la rectitud, igualmente característicos de la reforma protestante."

Curiosa afirmación. Para Huntington el fundamentalismo trae su causa en la rebeldía contra el poder establecido, cuando éste además tiene serios marchamos de corrupción, de pérdida de los valores originales. Y ese fundamentalismo se basa en la búsqueda de la pureza de la relación del individuo con Dios, a través de los distintos medios que sus religiones, sus textos sagrados, les facilitan.

Lutero atacó una jerarquía eclesial débil, en muchos aspectos corrupta. El Islam ataca a un Cristianismo ¿débil?, ¿poco puro?

¿Es necesario ser fundamentalista para defender la pureza de nuestras relaciones con Dios? ¿Cual es la diferencia entre actitudes radicales y actitudes fundamentalistas?  ¿Cómo darle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios? (por cierto, esta será otra pregunta que aborde a través de Martini).

2 comentarios:

Nacho dijo...

Recuerda a Calvino.

Peregrino dijo...

Buen ejemplo de la diferencia entre un radical y un fundamentalista. Probablemente el matiz esté en la intransigencia hacia los demás, diferente en un caso y en otro. Puede haber fundamentalistas radicales (equivocados), o no radicales (equivocados e hipócritas). Puede haber radicales fundamentalistas (equivocados), o radicales no fundamentalistas, a lo que me gustaría aspirar.