sábado, 10 de enero de 2009

Segundo tramo de preguntas en Coloquios Nocturnos

Si Dios es amor, ¿de dónde proviene el mal?, ¿por qué hay tanto sufrimiento? ¿por qué hay personas con una buena vida y otros con mala? ¿cómo podemos vivir con la desgracia?

Muchos dudan de la existencia de Dios a causa de todo el mal que hay en el mundo. Sin embargo, la respuesta está en la libertad. Dios ha hecho al hombre fundamentalmente libre. Libre para responder con un sí o un no, para amar o no. Otra cosa sería hacernos autómatas, robots. Los hombres no usamos siempre la libertad para el bien. El mal existe, pero también debemos mirarlo con un ojo positivo: el que gracias a su existencia es cuando ese sentimiento de "tengo que ayudar", que a veces tenemos adormecido, despierte con fuerza y haga que extraigamos de nosotros lo mejor como seres humanos. O podemos usar nuestra libertad para dejar que continúe adormecido.

En cuanto a la definición de buena vida se trata, sin duda, de no equiparar buena a rica en medios materiales. Hay ricos muy pobres y pobres muy ricos. Obviamente, esto no ha de ser excusa para mirar a otro lado y obviar el hecho de que hay mucha gente de pasa penurias por culpa de la escasez material, pero la riqueza (entendida como exceso sobre lo necesario) no utilizada adecuadamente se puede convertir en una carga ("antes entrará en el reino de los cielos un camello...") 

Por último, ¿cómo vivir entre tanto sufrimiento?

Primera idea: Se trata de un desafío permanente: "Si me encuentro con la desgracia y tengo el coraje de ocuparme de ella surge un dinamismo como consecuencia del cual los desgraciados se convierten más dichosos, y los dichosos más agradecidos". Simplemente se dan cuenta de que las cosas no son así.

Segunda idea: muchas de las desgracias son causadas por los hombres, lo que lleva a la tercera,
¿qué participación tengo yo en la aparición de las desgracias?, ¿cuál es mi parte en esa situación? ¿dónde y qué puedo hacer algo para que las cosas vayan mejor? Todo ello me lleva a los famosos círculos de confianza de Steven Covey. Probablemente algo podré hacer por el calentamiento global (tipo conducir menos, utulizar mejor la calefacción o el agua caliente), pero no parece que mi responsabilidad vaya mucho más allá que eso. Poco puedo hacer por erradicar el hambre o algunas enfermedades del mundo, pero mucho más puedo hacer por aquellos que tengo a la vuelta de la esquina, que están pasando hambre o están enfermos. Y  algo podré hacer por los semejantes que tengo alrededor mío, gracias a Dios no tan necesitados de ayuda material, sino más bien espiritual, empezando por mi mismo. Termino citando otra vez a Martini: "la dicha no es algo que a uno le corresponda y que deba limitarse a esperar. Tenemos que buscar la dicha."

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