No debe ser tan enigmático cuando has dado con la tecla a la primera. Ahora, además de reconocer los sinónimos deberíamos saber cuál es el significado conceptual de ambas actitudes vitales. Espero vuestra ayuda
Es una frase de Jesús que puede tener un significado precioso. Sus discípulos son los del "setenta veces siete", los de las bienaventuranzas, los que saben que amando encuentran a Dios, los que se sentarán a la derecha del Padre porque han sido capaces de visitar a los enfermos, dar de comer al hambriento... Naturalmente, no todo el que dice "Señor, Señor..." cumple los requisitos. Por el contrario la tentación de sentirse perfecto y despreciar a los pobres o fariseos fue severamente recriminado por Jesús. Aunque creamos poseer el Espíritu nunca podemos olvidar que somos recipientes de barro, frecuentemente,indignos y e inconsecuentes con el tesoro que está cercano. Si repetimos la recomendación del Señor "soy pobre siervo e inútil", tendremos un talante más capaz de admitir nuestras limitaciones y de intuir la bondad existente en los demás. No se trata, naturalmente, de relativismo ni indiferencia sino de capacidad de distinguir entre el don de Dios y nuestra realidad personal y, también, comunitaria. Ignacio, no seas tan modesto. Un poco de buen humor ayuda a ser borregos de primera.
4 comentarios:
Como bien he aprendido de mis párrocos, cordero no es lo mismo que borrego. Puestos a ser enigmáticos en este post no me ha quedado mal...
No debe ser tan enigmático cuando has dado con la tecla a la primera.
Ahora, además de reconocer los sinónimos deberíamos saber cuál es el significado conceptual de ambas actitudes vitales. Espero vuestra ayuda
Un abrazo
Nacho
Este blog me viene grande, decididamente.
Vuestros comentarios me hacen sentirme aborregado, por lo tonto.
Un abrazo
Es una frase de Jesús que puede tener un significado precioso. Sus discípulos son los del "setenta veces siete", los de las bienaventuranzas, los que saben que amando encuentran a Dios, los que se sentarán a la derecha del Padre porque han sido capaces de visitar a los enfermos, dar de comer al hambriento...
Naturalmente, no todo el que dice "Señor, Señor..." cumple los requisitos. Por el contrario la tentación de sentirse perfecto y despreciar a los pobres o fariseos fue severamente recriminado por Jesús. Aunque creamos poseer el Espíritu nunca podemos olvidar que somos recipientes de barro, frecuentemente,indignos y e inconsecuentes con el tesoro que está cercano.
Si repetimos la recomendación del Señor "soy pobre siervo e inútil", tendremos un talante más capaz de admitir nuestras limitaciones y de intuir la bondad existente en los demás. No se trata, naturalmente, de relativismo ni indiferencia sino de capacidad de distinguir entre el don de Dios y nuestra realidad personal y, también, comunitaria.
Ignacio, no seas tan modesto. Un poco de buen humor ayuda a ser borregos de primera.
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