miércoles, 9 de enero de 2008

Reacciones del FT ante la mani de la Iglesia

Curiosa interpretación... con razón?

"Asimismo, el periódico indica que la hostilidad mostrada por la Iglesia católica respecto a varias de las reformas sociales del Gobierno puede jugar una baza favorable a los intereses del Partido Socialista en las próximas elecciones."

9 comentarios:

juan mari dijo...

Yo no espero nada gratis de los políticos ni de quienes no poseen sensibilidad religiosa, pero si exijo sentido común, responsabilidad, cautela...a quienes dirijen, representan o sn testigos de la comunidad cristiana. El acto del día 30 fue una ocasión perdida en muchos sentidos. Cuanto más lloremos sobre la leche derramada menos tiempo dedicaremos a una examen serio de nuestra responsabilidad. Con el peligro de ser reiterativo y pesado, creo que sois los laicos quienes teneis que actuar más, estar más presentes y ser más responsables.

Nacho dijo...

Creo que sin razón.
Ya le gustaría al PSOE poder convertir un acto de afirmación de valores que la comunidad cristiana debe proteger, en un acto de hostilidad. Nada de lo que ocurrió el día 30 o de lo que se dijo en tal acto justifica dicha interpretación.
Me atrevo a decir que buscan un banderín de enganche donde enrolar al millón de descontentos de hace cuatro años. Y, en este caso, pinchan en hueso.

Un abrazo

Nacho

Peregrino dijo...

Yo creo que la jerarquía de la Iglesia debe ser consciente de que en la actualidad, tan importante como los actos/declaraciones/manifestaciones, etc. públicas(o más), son las consecuencias que se extraen de ellas.
Sin duda, fue un éxito de convocatoria. Sin duda el tema era atractivo. Discrepo con Nacho de que "nada de lo ocurrido o de lo que se dijo en tal acto justifique dicha interpretación". De hecho, la mayoría de los medios de comunicación vieron en las palabras de dos distinguidos jerarcas de nuestra Iglesia, un ataque frontal al gobierno (uno incluso se refirió, creo, a que nuestra democracia estaba en peligro). Obviamente, este hecho no se iba a dejar escapar por parte del PSOE. Gran excusa le han dado al presidente y sus secuaces para utilizar la demagogia que tan buenos resultados da! Y encima luego se ha intentado ver en dos líneas de una larga alocución del Papa hace unos días una justificación de los mensajes que para los medios de comunicación eran claves en la manifestación!
Las reivindicaciones acerca del peligro en el que está la familia ("tradicional? católica?") resultaban, cuando menos, exterporáneas. Qué se reivindicaba, por cierto? Cual es el mensaje que se quería lanzar? La ley de parejas homosexuales se aprobó hace ya tiempo, y su resultado ha sido probalemente el que tenía que ser: ínfimo.
Se reivindicaba un mejor trato fiscal para las familias?
Algunos me han dicho que era contra el aborto, contra la asignatura de educación ciudadana...
Mi conclusión: Fantástico organizar convocatorias para reafirmar valores cristianos, pero con sentido, por favor. Si hay que hacer algo en contra de algo, que se haga cuando sea útil (ie antes de que se promulguen las leyes, no después, y mucho menos, mucho después). Cuando se quiera lanzar un mensaje, prepararlo para que no se quede diluido en los aspectos que tus enemigos/contrarios sin duda aprovecharán.
Hoy Ibarra ha dicho que los católicos del PSOE "apechuguen y acepten las críticas a los obispos". Los obispos corren el peligro de perder su autoritas, y eso sí que es peligroso para la Iglesia. El otro día leí una entrevista a Vazquez, en la que yo, que no creo ser sospechoso, no veía críticas incorrectas. Mal vamos a este paso...

Peregrino dijo...

Más madera!!
Aún estaba fresca la tinta de mis palabras anteriores, cuando me encuentro un artículo en The Economist de esta semana (correspondiente al 12 de enero), en la página 24, con el título: La Rebelión (o revuelta) de los Obispos. Se conjuga en clave política. lo que creo debería estar en las antípodas de las intenciones de los convocantes (o no?). Las expresiones que se destacan de la convocatoria (que reconoce un éxito desde el punto de vista de número de manifestantes) son las de "fin de la democracia", "vuelta atrás en los derechos humanos", "la familia está sufriendo un serio ataque en España"... El artículo se vuelve a remontar a la guerra civil para explicar las divergencias entre la izquerda y la Iglesia Católica (¿¡¡¡?), para teminar afirmando que probablemente se tratase de ayudar al PP con la mani, pero que se ha conseguido seguramente es todo lo contrario (como reconocía el organizador de la campaña electoral del PSOE, Antonio Hernando).
Básicamente, un dislate.

juan mari dijo...

añado alguna reflexión que en cierto sentido subyace en las anteriores. Todos somos Iglesia y repercute en nuestras vidas y en nuestras relaciones con los demás ciudadanos lo que deciden y dicen las autoridades eclesiales. En temas opinables existen muchas consideraciones y quienes nos representan tienen que tener en cuenta esa diversidad. Por otra parte no tenemos tan claro cómo debe situarse y actuar nuestra Iglesia en una sociedad plural y secularizada. ¿Os imaginais que los obispos americanos utilizasen el lenguaje de Colón en una manifestación en Washington?
Finalmente, me iquieta siempre el que busquemos un chivo expiatorio en lugar de reflexionar en profundidad qué es lo que hemos hecho tan mal para que una sociedad mayoritariamente cristiana se encuentre como se encuentra pocos años después.
Yo no quiero creer que los obispos intentaran directamente hacer política, pero no cabe duda de que no examinaron rectamente las consecuencias...o si?, con la idea de que la radicalización siempre consigue fieles adeptos. En este caso topamos con el principio "el fin justifica los medios", principio inmoral con consecuencias nefastas.
Y, naturalmente, no justifico hechos ni dichos socialistas...o sí?

Peregrino dijo...

Qué rapidez! esperemos a que Nacho y/o Cami y/o Inaaacio se manifiesten al respecto...

Cami dijo...

Más vale tarde que nunca.
Pues yo discrepo de peregrino, puesto que la misión de la Iglesia no es política, creo que sus manifestaciones no deben tener en cuenta las consecuencias políticas que sus opiniones o discursos puedieran causar, ni a favor ni en contra de ningún partido. Los Católicos, como ha dicho Ratzinger, seremos minoría en el futuro, puesto que hemos de permanecer fieles al Evangelio y viendo los tiempos que corren sus postulados son cada vez menos populares.
Me parece que en este sentido la postura de la Iglesia es la más digna de cuantas se postulan por parte de instituciones, partidos, etc, ya que dice lo que cree ´(equivocado o no) aún a riesgo de no ser popular y confrontar con los poderes establecidos.
Confirmando lo que he dicho arriba: "me parece perfecto que la Iglesia diga aquello que cree que tiene que defender incluso contracorriente", tengo que decir que al escuchar en Colón a Kiko Argüello me tuve que ir porque me pareceía estar escuchando a Girón en el 20-N.
Y sin embargo en lo que respecta a lo que se dijo sobre que se conculca la democracia ¿estamos o no de acuerdo que una sociedad que autoriza matar niños no nacidos, están retrocediendo en las libertades del individuo? y que ¿la asignatura de educación para la ciudadanía es un recorte de los derechos de lo padres para educar a sus hijos, como establece la carta de los derechos humanos? y como estas cuatro o cinco más.
¿Qué ocurre que la democracia es solo ir a votar (Venezuela) o es un amplio abanico de derechos que garantizan la libertad del individuo?. Creo que la democracia es el gobierno de la mayoría, respetando a la minoría y defendiendo los derechos indivuales del individuo y su libertad.
Democracias sudamericanas versus democracias anglosajonas

Nacho dijo...

¿Deben los pastores de la Iglesia pronunciarse acerca de temas que tienen una implicación social y moral?
¿Es útil que movilicen a los creyentes, les hagan sentirse responsables de sus creencias y participes de un modo de concebir las relaciones de convivencia que busquen el bien?
¿Es necesario pedir permiso para creer o hacerlo de un modo determinado?
¿Es más importante buscar el bien que no molestar a los que buscan el mal?

Entre todas las declaraciones, discursos u homilís sólo se pueden destacar tres declaraciones que además, tenían su parte de razón: ¿es suficiente para desacreditar unas jornadas que sólo se plantearon en defensa de un modo de ver la vida, la sociedad y la manera de creer y situarse ante el mundo y en el mundo?; no.


Sin embargo, me interesa más coincidir en los valores a defender que polemizar sobre la conveniencia de estas movilizaciones.

Un abrazo

Nacho

Peregrino dijo...

Tenía escrita una larga reflexión que se quedó en el ciberespacio. Prometo reditarla. Entretanto, ahí os dejo un artículo del embajador Armengod acerca de la mani:

El encuentro de las familias del 30 de diciembre ha sido un acontecimiento polivalente en donde los aspectos políticos y religiosos andan entremezclados y han provocado el enconado debate que previsiblemente va a durar lo que el período electoral, si no le es atribuido tal empuje en los resultados de las elecciones que se convierta en una clave para la actuación de la Iglesia, Gobierno y partidos en la legislatura 2008-2012.


Hubiera agradecido el que la proclamación del Evangelio sobre una realidad de la que el Gobierno tiene un concepto tan opuesto a la interpretación católica hubiese tenido un menor encuadre litúrgico, menos “política de Dios” y más manifestación de la ciudadanía católica, acompañada por sus obispos y sacerdotes en vez de un acto político-religioso pastoreado por la jerarquía eclesiástica.

Qué duda cabe que el cardenal Rouco, por su trayectoria dentro de la Iglesia Católica, universal y española, es el movilizador superior de este evento. Los Movimientos participantes, empezando por el Camino Neocatecumenal y terminando con la sorpresa de encontrar entre ellos al presidente de la Comunidad de San Egidio (cuya intervención fue de estilo distinto de otros, claramente humanista cristiano), han respondido a la iniciativa del cardenal de Madrid, diócesis que ofrece especial atención y apertura a ellos; además, grupos de familias de casi toda España se han incorporado a esta afirmación pública y confesional, ya que en todos iba ínsita la necesidad de manifestarse, el sentido de protestar contra el acoso a su modo de vida y creencias por el Gobierno socialista actual.

Conviene releer la entrevista hecha al cardenal Rouco por el director del ABC y publicada el mismo día 30. El cardenal da como razones para el acto la situación histórica por la que atraviesa la familia. Ante ella, se trata de dar publicidad a la realidad del matrimonio cristiano; no se trata de un acto de carácter político, sino de un acto de manifestación de la Iglesia y su misión, un tema que forma parte de la acogida de la Palabra de Dios. También reconoce que el acogimiento del Papa ha sido particularmente caluroso y ha dado ánimo para celebrar este acto.

Pero los tres cardenales presentes en la concentración no se limitaron a repetir la doctrina, sino que fueron más cerca de la realidad y objetivo del acto, separándose de la serena exposición hecha por Benedicto XVI en su corta intervención televisiva desde Roma. Los cardenales, al arremeter contra la legislación y actitud del Gobierno, parecieron realizar un “ajuste de cuentas” que ha indignado profundamente al PSOE, al Gobierno y al propio Zapatero.

La reacción no ha tardado: se ha descalificado a los obispos, se les ha desafiado a que formen un partido político, se les ha advertido que habrá que separar realmente a la Iglesia del Estado aunque haya que modificar la Constitución, o, como ha dicho el Embajador en el Vaticano, Francisco Vázquez, es “una marcha atrás de la Iglesia”, pues el sector del PSOE y del Gobierno que habían negociado con la Iglesia habían creído que, con la solución dada a la financiación eclesiástica y la renuncia a seguir metiendo el dedo en los temas del aborto y la eutanasia, el Episcopado español se quedaría tranquilo y expectante hasta el resultado de las próximas elecciones. Esto significa desconocer una realidad creada por la propia política de Zapatero en los temas que afectan a la Iglesia en los primeros momentos de la legislatura: su efecto colateral más grande ha sido poner al frente de la natural oposición católica a los elementos más conservadores y activistas, en detrimento de otros sectores (la minoría cada vez más exigua de los socialistas católicos, los partidarios de la paz cristiana en lo público, los descontentos con el ejercicio de la autoridad de una jerarquía creada en la segunda mitad del pontificado de Juan Pablo II, etc.). Por ello, excepto en el País Vasco y Cataluña, nadie se atreve a disentir en público de esta corriente conservadora, si quiere participar en la defensa de la Iglesia.

El resultado final ha sido el aumento de la crispación entre creyentes y no creyentes, paralela a la ruptura del consenso entre el Gobierno y la oposición, aunque no sea justo identificar Iglesia con PP: éste es más variopinto que la derecha eclesiástica y menos que la pluralidad real de los católicos. Por eso es una simplificación decir que los tres cardenales han abierto la campaña a favor del PP.

En todo caso, el factor religioso, que el Gobierno creía aplacado, entra en liza, y en ese aspecto favorecerá a la izquierda del PSOE y perjudicará a su centrismo, aunque si gana, Zapatero puede ofrecer otra “guerra de religión” a la española con la que distraer de las consecuencias de la crisis económica, la desestructuración del Estado y la caída del valor de la política internacional española…

¡Ojalá, comenzando por los católicos, hiciéramos caso de los sencillos y profundos llamamientos de Benedicto XVI a la paz desde las familias hasta la convivencia democrática!