Han transcurrido muchos meses de silencio en esta bitácora. No quiere decir que no haya reflexionado de manera diaria, sino que otros quehaceres me han mantenido al margen de ella. También, todo hay que decirlo, el hecho de que en los últimos tiempos parecía haberse desinflado, haber perdido el interés por parte de sus integrantes. Pocas entradas, con menos comentarios, en algunos casos parecía que forzados a escribir un par de líneas.
Todo ello me ha invitado a escribir la presente reflexión, acerca del objetivo de estas líneas. Creo que no debe ser otro que el de compartir con quien quiera leerlas, reflexiones personales acerca de temas de actualidad, o no de tanta actualidad. nada más, y nada menos. A pesar de buscar comentarios que enriquezcan cada entrada, soy consciente de que algunos temas propuestos no serán merecedores de la atención de las personas que sigan esta bitácora, pero ello no será óbice para que siga proponiéndoos, proponiéndome, una reflexión diaria, una vez a la semana como mínimo. Procuraré, además, que sea los martes.
El domingo me reuní con otros dos amigos para ver de qué manera podíamos trasladar nuestra opinión al mundo. Proyecto éste de mayor envergadura, y mayor ambición, ya que implica además el compromiso de consensuar una línea "editorial", y del que daremos cuenta en el momento en que se ponga en marcha.
Me noto un poco oxidado en esto de escribir, pero eso se cura con el uso. Nos ponemos a ello. Hasta el martes.
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2 comentarios:
todos tenemos muchas tareas y nos comprometemos con otras, pero tengo que confesar que echaba de menos esta reflexión, a pesar de que fui desanimándome porque entendí que no encontraba suficiente acogida. Con el tiempo, he imaginado otras posibilidades de este invento demoníaco y alguna os propondré en pocos días. No se si se trata de este blog estirado en más direcciones o si imagino algo más nuevo y más variopinto añadido a éste. Veremos. Yo pienso en vosotros a menudo y me gustaría transmitiros algo, pero, sois tan importantes y os mantenéis tan ocupados, que no me atrevo, generalmente, y es en ese instante cuando está a mano este utensilio siempre pronto a transmitir ideas o apuntar afectos. No es bueno permanecer ayunos de ideas, pero resulta mucho más inquietante tenerlas y no expresarlas y compartirlas. Hoy celebramos a Tito y Timoteo, los discípulos de Pablo, altavoces de su doctrina y de sus reflexiones. Buen día para reiniciar con ánimo una experiencia que debe ser compartida. Auguri!.
Dejemos ya de usar el término persona importante aunque sea en su acepción de falsa modestia. No busquemos grandes acogidas, alharacas y albricias. Simplemente utilicemos esta bitácora para lo que su nombre indica. Un lugar de reflexión, de compartir públicamente inquietudes, provocar reflexiones. Todos somos discípulos. Yo así lo voy a hacer.
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